“Hombre cobarde no coge mujer bonita”. Pepe Kierdelewicz

viernes, 10 de agosto de 2012

Subida al Pico Veleta - 50km - Granada


Y pasó otro reto más…pero cada reto no es uno más. Cada uno me deja algo diferente al anterior.

Estos 50 kilómetros en ascenso constante me mostraron que cada reto u objetivo es todo lo duro que uno quiere que sea. Si crees que va a ser muy duro, así será. Si crees que no vas a llegar, así será. Lo mejor es disfrutar de cada momento, de cada minuto sin pensar en lo que vendrá. Otra vez frases hechas! pero tengo que subir durante 50 kilómetros para seguir comprendiéndolo.

Para esta carrera llegaba muy tranquilo, creyendo que había entrenado muy bien. Aunque así fue me faltó un detalle: La altura. Sabía que no lo iba a pasar bien los últimos 10 km. “Y así fue” J. Sabía que a partir de los 2000m de altura la cosa se iba a poner sería. Nunca estuve en altura y tampoco entrené en altura así que no sabía que iba a pasar.

Cuando haces por primera vez una competencia vas un poquito a ciegas. Ves el perfil dibujado, escuchas historias de otros que ya lo hicieron, miras fotos, videos, pero nada te muestra la realidad que vas a sentir. Es una adrenalina extra!

El recorrido genial! Fue todo lo duro que iba a ser y mucho más lindo de lo que esperaba. La gente muy bien, para ser por donde fue había mucha gente alentando. Los puesto de avituallamiento muy bien, con lo justo y en los sitios justos. El trato de los voluntarios muy bien, ni pesados ni poca bola. La organización bien. Nada que decir. Puede mejorar, como todo pero muy bien.

La carrera empezó con los primeros 10 kilómetros casi llanos. Un par de vueltas por la plaza del centro de Granada para encarar hacia lo que iba a ser nuestra montaña.

Me llevé la banda del pulsómetro porque sabía que esos primeros kilómetros podían ser rápidos así que fui controlándome constantemente para no pasarme de “chulo” ja!

Primeros 10 kilómetros en 50 minutos. Más rápido de lo que esperaba pero bueno, la cosa iba bien. A partir de acá se empezaba a inclinar.

Despacio, el camino empezó a ganar porcentaje. Había más inclinación de lo que había entrenado y esperaba, así que me acomodé en 145/150 pulsaciones para aguantar hasta donde sea. Las sensaciones eran buenas pero hacía calor y empecé a tomarme enserio el tema de la hidratación. Me tomaba unos segundos por avituallamiento para beber uno o dos vasos.
 
Por el kilómetro 20 agarro a Javi, un Perdigón con el que hicimos buenas migas el día anterior, que empezó a tener molestias en los gemelos. Trotamos unos kilómetros juntos charlando y en broma le digo que cuándo empezaban las cuestas, y me respondió enserio que a partir del kilómetro 25 se ponía peor. Ja! Y fue verdad!!

Patri subía a la meta con un colectivo que iría parando por el camino pero hasta el momento no los había visto. Cuando nos íbamos acercando al 25 veo a los bondis estacionados y la veo a ella con la cámara de fotos. Besito y sigo. Me sentía muy bien.

La cuestión es que se empezó a inclinar enserio. Había curvas que era el gesto solo que hacía mientras avanzaba despacio.

El camino precioso. De esos que ves en las fotos y decís: -“Como me gustaría correr por ahí!”.

Seguían pasando los kilómetros y nunca veías el final de esa loma. Se empezaba a poner un poco desesperante. Ya había pasado el cartel de los 2000 metros de altura y me sentía bien.

A partir de acá la cosa esta media confusa, no me la acuerdo muy bien. Los kilómetros se hacían re largos. Mi reloj marcaba 2 kilómetros menos que las marcas oficiales y unos 80 metros menos de altura. Sí me acuerdo que hasta el kilómetro 35 venía en poco más de 3 horas 30 minutos, después no sé que pasó que el reloj iba más rápido que los metros que avanzaba.

Llegado al kilómetro 40, o eso creía, entramos en un camino muy malo y con mucho pero mucho viento, y la altura ya la tenía en el cuerpo. Estaba mareado, súper agitado (parecía un bulldog respirando), las manos re hinchadas y los oídos tapados, no sé si por el viento o la altura. El camino empezaba a zigzaguear mucho y cuando íbamos para un lado el viento era a favor y para el otro en contra total. Intenté aguantar la carrera hasta el final pero exactamente a las 4 horas 30 minutos decidí poner pie en tierra y caminar en ese criminal viento en contra. El tema era que las rampas donde pegaba en contra eran re largas y las otras muy cortitas así que notaba que perdía mucho tiempo…pero no podía hacer otra cosa, no había patas para más.

Con la incertidumbre de que si faltaban 3km o 5km, ya que mi reloj iba 2 kilómetros menos, estaba empezando a pasarlo mal. Ahora, sentado en la compu con las piernas arriba de una silla, dos kilómetros más o menos no parecen mucho pero con mas de 5 horas subiendo sin descanso y con un viento que no te dejaba ni escuchar tus pensamientos, era un mundo y quería matar a alguien.

Seguía sin ver el final. Faltaban 2 kilómetros y la meta ni se notaba.

Al poco tiempo veo a Nacho que ya había terminado su duatlón y había venido a buscarme. Que bueno!  Me dice que falta muy poco. Al rato me dice que faltan 500m y solo veía piedras y lomas. Veo gente pero de la meta ni el olor. Escucho el grito de Nacho que me dice que me estaba pasando de largo. Había que hacer una curvita cerrada a la derecha y los últimos 100m. Por fin veo la llegada.

Carrera genial! No fue el tiempo que había pensado pero tampoco estaba basado en nada científico, era solo una mera guía. Mis 5 horas 30 minutos que esperada se convirtieron en 5 horas 48 minutos para llegar a esos 3250m de altura, en el puesto 98 de unos 340 participantes que consiguieron acabarla.

Muy buen fin de semana. Conocimos a ese grupo tan lindo que son los del C.A. Los Perdigones que nos recibieron genial. A Elenita por brindarnos su casa y su amistad, y a Nachete por todo. Por cierto Nacho, la próxima vez dormís vos y conduzco yo…jaja!!!!!
Nota curiosa fue el lunes. Sin dolor alguno, con poca carga y con ganas de salir a trotar. Se nota que mi cuerpo va asimilando los kilómetros.

Y por último, pero no por eso lo peor… agradecer a mi Negri por seguir haciéndome el aguante…aunque a ella le gusta y no aguanta nada, dicha sea la verdad, pero siempre esta con esa garra al lado mío siempre.

viernes, 29 de junio de 2012

...al final vuelven a crecer!!!!


Empiezo escribiendo esto con la idea de leerlo en un futuro y hacer de ese momento un poco más llevadero.

En el deporte, como en la vida, siempre hay altibajos, momentos donde parece que nada puede tirarte y otro donde sentís que tenés una tonelada en la cabeza. Esta semana que pasó fue de esas.

Venía de un mes de descarga y recuperación donde no sentí tanto el descanso en mis piernas como en mi mente. La semana pasada empezamos a subir el entrenamiento de nuevo para la Subida al Pico Veleta; 50km solo para arriba.

Viendo Málaga
Durante la semana sentí las piernas cargadas, y para rematar el trote largo del domingo de 4 horas por cuestas, lo hice subiendo por una ruta que llega casi hasta los 1000m de altura sin descanso alguno. Me sentí genial subiendo durante poco más de 2 horas que duró la ascensión. Luego me quedaban 2 horas de bajada…”chupao”!!!

Después de casi 20 kilómetros de ir hacia arriba, la bajada no fue tan buena como esperaba. Intenté soltarme y disfrutarla pero los cuadriceps me golpeaban y los dedos de los pies me chocaban contra la punta de las zapatillas. Sin contar que como siempre…cancheritoaminomepasanada!!!...estrené zapas.

Después de llevar 1 hora bajando empecé a sentir los dedos gordos de los pies calentitos, y media hora después un dolor horrible.

El entrenamiento genial. Casi 40 kilómetros con un desnivel acumulado de +1688m de altura, a 5:57 min/km. Consecuencia: debajo de las dos uñas con ampollas.

Hasta acá bien se podría decir, pero lo que más me jodió es que el lunes tuve que salir a entrenar…y el martes…y el miércoles…y el jueves…y el domingo toca un nuevo entrenamiento de 5 horas por lomas que voy a hacer de nuevo por la misma ruta, osea tendré que subir unos veintipico de kilómetros y después bajarlos.

Curando
Este entrenamiento del domingo no solo me mató los pies sino también me dejó muy agotado para el resto de la semana. En todos los entrenamientos me sentí sin fuerzas, con dolores musculares, pero lo que más me jode es el dolor de pies. Tengo los dedos infectados y cada paso, cada golpe contra el suelo me duele un montón.

Todo eso hace que mi ánimo este por el suelo y este de mala leche todo el día. Cuando estas de buen humor los dolores o el cansancio casi que no importan, pero con tan poco ánimo se multiplican.


Esto lo escribí el miércoles pasado donde estaba con un bajón terrible. Ahora la cosa cambió.

Llegué al domingo con un poco de dolor pero no quería perderme ese entrenamiento que tenia planificado solo por un poco de dolor, así que salí a eso de las 8 de la mañana en busca de las 5 horas por esa ruta mata dedos.

Estaban mis suegros de visita así que les pedí que me vayan a buscar arriba pasadas las 3 horas para no bajar y matarme los dedos de nuevo, para que me dejen en la costa y hacer las dos horas restantes en llano.

Subí más rápido que la semana anterior. Primero, porque ya conocía la ruta y segundo, porque iba a descansar un rato en el coche mientras me bajaban al llano. Me sentía muy fuerte.

Bue…para acortar!…la cuestión es que dí la vuelta a las 2 horas 30 minutos porque me quedé sin montaña, y en las bajadas que iban apareciendo me sentía muy bien, así que les dije que vayan para casa y bajé otra vez por la misma ruta, pero esta vez como un adulto responsable; despacito y controlando cada pisada…y no como la semana pasada que bajé como un adolescente alocado, tirándome como si no importara nada, y cuanto más pendiente tenía el descenso más de cabeza me tiraba.

Al final, un entrenamiento excepcional: 50 kilómetros, con +2246m de desnivel acumulados, a un ritmo de 6:07 min/km.

Hoy ya tengo las uñas curadas. En poco tiempo pierdo las dos pero que más dá; crecen de nuevo.

….y de eso se trata.

jueves, 17 de mayo de 2012

101km Ronda 2012


2600 corredores esperando la salida

Empiezo escribiendo esto todavía con los dolores de carrera y las sensaciones de bienestar que te da una Ultra terminada.

Más allá que no me haya acercado a la marca del año pasado, estoy muy contento de haberme sobrepuesto a problemas incontrolables como pueden ser el terreno o la temperatura.

Terminé con 12 horas y 38 minutos, 1 hora y 22 minutos más lento que el año pasado pero este vez lo hicimos con unos 10 o 12 grados más de temperatura, el circuito modificado para más exigencia y 4 semanas después de un 24hs bastante duro. Hablan de entre 800 y 1000 abandonos de los 2600 corredores que largamos. Me parece mucho pero es lo que leí por ahí, y tampoco hay cifras oficiales. Acabé en el puesto 89 de la general. También leí por ahí que los 10 primeros tardaron 1 hora y 10 minutos más que el año pasado. Mal de muchos, consuelo de tonto…ja!
  
La cosa empezó como últimamente…con algún inconveniente. Llegué tarde a la retirada del dorsal el mismo día de la prueba y casi no me lo dan, pero con algunos minutos de charla y demás pude conseguirlo. A solo una hora de largar empiezo a cambiarme y relajar la cabeza después de casi 2 horas de viaje y media tratando de conseguir el número.

Entré al campo cerrado media hora antes y busco sitio lo más delante posible para evitar mucho estorbo de la gente que sale despacio. Inciso aparte para esto; no entiendo como la gente y su sentido común no hace que se ubique en el sitio que le corresponde para no estorbar a los más rápidos. Mientras tanto me llega un mensaje de Patri que se había podido colar dentro del campo así que nos encontramos para compartir esos últimos minutos, siempre tan especiales, antes que den la salida.
  
Unas palabras del General o Coronel, un cargo alto de la Legión, muy lindas y 11 en punto de la mañana dan el chupinazo de la salida. QUE HORROR!!!! Codazos, empujones, esquivando a gente con bastones (signo que iban a hacer caminando la prueba). Sabía que mi ritmo iba a ser por debajo de 6 min/km en las primeras horas, y así y todo esta gente con bastones me pasaba como parado.

Iba todo bien, muy cómodo pensando en todos los detalles que había organizado para la hidratación e ingesta. Pasa la primera hora y genial pero cuando se acercaba la segunda hora empecé a tener un dolor punzante en la parte baja del abdomen, como cuando tenes un “gas” que no te podes tirar. Intenté seguir tomando y comiendo normalmente pero cada cosa que metía hacia que el dolor sea más agudo. Hacía mucho calor y solo podía beber agua. Ni geles, ni sales, ni barrita, ni isotónica. Empecé a pensar que no iba a poder terminarla porque sabía que con los 30º que había para ese momento y con lo que estaba sudando, algo no iba a acabar bien. Faltaban más de 70 kilómetros.


Podía hacer las cuestas bastante bien pero las bajadas eran un suplicio. Ya para los 30 kilómetros tenías las piernas duras y hacía una hora que estaba a agüita nomás. Me puse música para ver si me distraía pero la cosa no mejoraba. Empecé a sentir que no estaba recuperado de las 24hs del mes anterior. Me empecé a dar cuenta de lo que estaba haciendo.
 
A paso por el primer pueblo me esperaba Patri y Cati. Quería contarles lo mal que iba para sacarme un poco de peso…no sé…pero poco tiempo estuve ya que ni paré. Solo beso a las dos, un: “me duele mucho la panza” mientras llenaba una de mis botellas, y seguí adelante.

Llegué al kilómetro 40 con casi nada de dolor y me tomé una pastilla de sales y la acepté muy bien. Esto me tranquilizó bastante porque ya para ese momento tenías las piernas destrozadas.

Kilómetro 50 y decido tomarme, con bastante miedo, un recuperante. Es a base de hidratos, proteínas, aminoácidos, glutamina y demás. A los 20 minutos me llegó un poco de vida. El estomago no se molestó por esta ingesta, el ánimo volvió y las piernas empezaron a responder. ¡Esto parece que camina!

En el kilómetro 59 iba a cruzar un pueblo llamado Setenil de las Bodegas donde me esperarían las chicas de nuevo. Entrando veo a Patri…que alegría! Me acompaña un par de kilómetros dentro del pueblo y me dice que Nacho había llegado, que estaba con Cati. Otra linda alegría.


Esto es como todo. Cuando haces las cosas solo y sufrís solo, parece que a nadie le importas y el sufrimiento parece más. Pero cuando alguien te espera; tu familia, tus amigos, y sentís sus palabras de ánimo, sus abrazos…hace que la cosa valga la pena…o eso me parece a mi. Como si el sufrimiento y el sacrificio se dividiera exactamente por el número de personas que te alientan.

Llegamos donde Cati y Nacho. Venia en el mismo tiempo que el año pasado…minuto más, minuto menos…pero las sensaciones mucho peores. Me tomo un respiro ya que en estas 6 horas y pico que llevaba en carrera no había parado ni una vez salvo obligado a cargar agua y algún que otro pis.
 
Me desahogo de lo lindo mientras comía una mandarina que no pude terminar. Cargo la botella con agua fría porque hasta ese momento todo lo de los avituallamiento estaba re caliente y salgo con más ganas. Me quedaban 2 horas de “solitariedad” (así me salió cuando me despedí de los chicos, ja!) para correr acompañado.

Estos casi 20 kilómetros hasta El Cuartel de la Legión, que es el avituallamiento más importante y donde esperaban podólogos, fisios y médicos, fueron durísimos. El ánimo que había conseguido se empezó a ir, las piernas empezaron a estar cada vez peor, el estomago empezó a doler de nuevo y cada bajada era un dolor punzante esperando que salga ese pedito, que no venía, para calmarlo.

A poco de salir de Setenil empieza la  subida más larga de la prueba. Entre pitos y flautas suman unos 9 kilómetros de ascenso con su prima, la bajada, de unos 7 kilómetros.

Venía subiendo como podía, agarrando rezagados y dejando paso a otros que venían más rápido. Para ese momento teníamos a Lorenzo en las espaldas que parecía una mochila de agua caliente, el viento no existía, la subida no terminaba nunca y abdomen super duro. Alguno me pidió agua porque ya no le quedaba, algunos acalambrados al costado del camino pero todos con la misma cara desencajada de venir dándolo todo. Una vez que llegué arriba y comencé a bajar mi barriga empezó a quejarse a gritos. No podía correr, tuve que parar un montón de veces. Movía la riñonera, intentaba hacer pis haber si me tiraba ese gas salvador, caminaba, corría más rápido y nada funcionaba. Llego abajo y todavía faltaban como 3 kilómetros para el Cuartel.

Cuando estoy entrando me cruzo con un soldado y le pregunto para donde. Me dice que a 100 metros había agua, comida…y “el fisio”. –“Bueno, pensé, no debo de tener buena cara”. A los 100 metros le pregunto a otro soldado para donde y me dice: -“Ahí”. Señalándome con el dedo un edificio. –“Hay agua, comida…y el médico al fondo primera puerta derecha”.

Llegué al cuartel 1 hora y pico más lento que el año pasado. Quieras o no, esto hace que tu ánimo caiga aún más. Por suerte al salir me estarían esperando los chicos.

Entro al salón donde me esperaba de todo lo que podía necesitar. Fisios, médicos, cocineros, sillas, mesas, baños, gente muy amable intentando ayudarme (cosa que durante el camino no hubo mucho) comida, Coca Cola, agua e isotónica frías…un paraíso! Pero para mi desgracia no tenía tiempo de usar nada de eso. Agarro un vaso de plástico, una botellita de agua y de postre una Coca Cola biennn hellaadaaaa. Me preparo otra vez mi recuperante, le pego dos sorbos a la Coca y la tengo que tirar para irme otra vez a ese infierno donde me esperaba la parte más dura.
 
Saliendo del Cuartel empiezo a subir una cuestita hasta la puerta donde estaban ellos y veo a Nacho caminando hacia mi. En ese momento estaba en la peor situación física y anímica posible. Decí que tengo la suerte de contar con estas personas al lado mío que solo con su energía hacen que mi ánimo sea mejor. Le cuento como iba mientras nos acercábamos a las chicas. Me dan una mandarina y mientras la pelaba empiezo a vaciar mi riñonera de todo lo que iba a tomar y no usé.

Unos 5 minutos después y con un par de kilos menos salimos al trotecito a buscar esos 20 kilómetros finales.

Tenía piernas pero mi estomago no me dejaba tranquilo. El aliento y la compañía de Nachete hacía que mi ánimo empiece a crecer y devuelva la energía a mis piernas. Empezamos a subir la famosa cuesta de la Ermita donde ya íbamos mezclados entre duatletas y ciclistas. Una vez que empezamos a bajar me empecé a sentir muy bien. Llegados abajo el camino seguía bajando más suave así que era momento de dejar lo que me quedaba. Mientras oscurecía encontramos un buen ritmo durante varios kilómetros.

Pasamos el anteúltimo pueblo; llegamos y pasamos el último pueblo donde nos volvíamos a cruzar, esta vez por última vez, con mis chicas a tan solo 10 kilómetros para el final.

Veníamos a un muy buen ritmo hasta que volvieron las subidas entre la oscuridad. Nuestra luz era poca así que casi ni veíamos cuando subíamos o bajábamos salvo en las sensaciones, pero con 12 horas en las piernas duele lo mismo bajar que subir, así que corríamos todo lo que podíamos hasta que llegamos al Tajo de Ronda iluminado y precioso.

Empezamos a subir la ultra famosa cuesta del Cachondeo de unos 3 kilómetros para llegar al pié del Castillo y correr los últimos 2 kilómetros entre alientos y saludos de la gente que bien vestida (vendrían de alguna cena o irían a seguir la noche en algún pub) y con todo su corazón nos decían unas palabras geniales. Ya vemos la curva que nos metía en la plaza y la línea de meta.
 No podía dejar de sonreír. Ya casi mi tiempo no me importaba, pero si mi actitud cuando la cosa iba mal. En ningún momento pensé en abandonar, solamente quería seguir adelante y que mi tiempo sea bueno. Ya comprendí que todo termina; es algo que siempre escuchamos pero entenderlo realmente, hacerlo carne, es algo un poco más difícil. Cuando todo esta mal, cuando faltan fuerza y todavía quedan por recorrer muchas horas…el entender que todo tiene un final hace que sigas adelante sin pensar en nada más que hacer bien tu trabajo presente, sin quejas, solo aceptas lo que te tocas y seguís…”o la cosa mejora o caes fulminado contra el suelo”.

Cruzamos la meta con Nacho y esa alegría de compartir algo especial, para recibir la medalla y la foto debajo del reloj; trofeos invalorables!

Dar las gracias a mis chicas que me hicieron el aguante durante esas 12 horas y 38 minutos que duró mis 101 kilómetros por la serranía de Ronda, más las 4 horas desde que nos despertamos hasta que largué y las 3 horas finales desde que llegué hasta que volvimos a casa.

Gracias a Nachete que se tiró 2 horas de viaje desde Chiclana de ida y de 2 de vuelta para acompañarme los últimos y más duros 24 kilómetros donde su inestimable apoyo hizo que mi carrera sea un poco más fácil.

Todavía no pude encontrar dos Ultras iguales. Todavía no pude dejar de aprender de cada reto que encaro. Esto esta pasando de ser retos físicos a ser retos de vida.

Vuelvo a agradecer a mi viejo y a mi tío que desde algún lado sentí sus fuerzas.

Aunque parezca el mismo, nunca es el mismo río que pasa bajo el puente.

viernes, 11 de mayo de 2012

Mañana 101km de la Legión

Que motivado que estoy!!!!!

Mañana toca los 101km de la Legión por la serranía de Andalucía. No puedo creer lo recuperado que estoy a tan solo 4 semanas de las 24hs de Mérida.

La semana pasada fue bastante dura por algunos problemitas físicos que tuve, pero después de descansar algunos días me puse a tono de nuevo y las piernas volvieron a responder. Hoy estoy de diez!!

Nutrición para mis proximas 11 horas de carrera
Ya esta todo organizado y el planning del paso por los pueblos, para que Patri y Cati vayan en coche a alentarme, también hecho. También organizado que Nacho se una a mi en los últimos 20 kilómetros para apoyarme….va a ser genial tener su apoyo!!
Entró todo acá!!!

En esta carrera incluí muchas variantes de nutrición e hidratación y tengo muchas ganas de ver como respondo.

Mañana día de prueba. Largamos a las 11 de la mañana. Objetivo: mejorar las 11 horas y 16 minutos del año anterior.

Manden buenas ondas!!!!!


viernes, 20 de abril de 2012

24hs Badajoz-Mérida/Millas Romanas


Hace seis días que terminé mis segundas 24hs en una travesía algo diferente y hoy terminé mi tercer entrenamiento semanal con 20 lomas de 200 metros. Increible!

La cosa fue así:

Largué desde Badajoz a las 14:30 con mucho viento y posibles lluvias. Por suerte todo eso iba a ser a favor porque sopló mucho y muy fuerte y llovió bastante.

El camino en solitario hasta Mérida la hice por rutas secundarias que nunca había pasado y el ir encontrando el camino se hacia divertido. Tenía que calcular donde comprar agua, y como los pueblos eran chicos, no todos tenían estaciones de servicio.

El viaje se hizo tranquilo y bastante rápido. Mis sensaciones eran muy buenas pero era conciente tooodooo lo que faltaba.

A falta de unos 10 kilómetros agarraría el camino de la prueba a la que me iba a unir; las LXVII Millas Romanas o 100 kilómetros pero en contra, me cruzaría con los participantes de frente.

Y así fue. Me crucé con los 400 participantes por un caminito de tierra de frente y mirándome raro sin saber porqué hasta que me empezaron a preguntar si yo era el primero. Jaja!!! No, les respondía…soy el último.

Me acababa de sacar la gorra..jaja!!!
Estaba buscando a unos amigos que hacían la prueba pero no podía distinguir a nadie. Decí que son muy altos y que tienen mejor vista que yo porque ellos me encontraron. Linda alegría y subidón para terminar mi primera parte.

Llego al polideportivo con 7h 15min. donde me estaba esperando Patri. Me dan el número de la prueba (no me duraría mucho), como algo, me pongo las calzas largas y salgo en busca de la prueba…y a empezar la noche.

Vuelvo al camino que me trajo, ya con el frontal encendido, y vuelvo a cruzarme con los participantes. Me empezaron a alentar y, no sé como, muchos sabían que venia desde Badajoz. Lindo subidón me daba, venía contento hasta que me para uno de los jueces de la prueba y me dice que estoy descalificado por no llegar a tiempo al primer avituallamiento.

De todas maneras, y obviamente, seguí adelante. Una horita y media y ya empecé a agarrar a los últimos. En ese momento me cruzo con otros dos jueces que me quitan la hoja de ruta la cual teníamos que ir sellando en los controles y el número de participante. Por suerte me dejaron utilizar los avituallamientos.

Kilómetro 95
No tengo ni idea a que hora terminé mi segunda parte. Iba alrededor de 95 kilómetros y ya la cosa se empezaba a notar. La riñonera me estaba matando la cadera pero me quedaba solo una parte de 28 kilómetros para revolearla al carajo y seguir más livianito con Patri acompañándome en bici.

Creo que paré unos 10 minutos con caldito calentito incluido. La noche una mierda; lluvia, viento y poca visibilidad. Salgo tranqui charlando por el manos libres con Patri pero tuvimos que dejarlo rápido porque el viento no dejaba ni que me escuche ni escucharla, así que me empecé a internar en la noche del campo con algo de lluvia donde estaban por aparecer algunas subiditas que para ese momento eran rampas del Tour de France. Rodeamos un barrio que esta al lado de un lago bastante iluminado donde no usamos el frontal. Que alegría para los ojos!

Saliendo del barrio empezamos a subir un poco más así que ya caminaba hasta llegar arriba de cada loma pero empezó a llover mucho y hacia que me cagara de frío. Esta parte molestó bastante ya que no podía correr para calentarme y con todo el viento y la lluvia de frente me bajaba mucho la temperatura pero sabía que una vez empezar a bajar iba directo al polideportivo a encontrarme con Patri y empezar mi última vuelta de unos 45 kilómetros.

Y así fue. Empezaba a clarear y llegue al poli para comer algo, un cafecito con cambio de medias incluido. Tenía los pies blancos y blandos por el agua. Me rozaba un poquito un dedo chiquito así que me pongo un Compeed (cachoeinviento) y sin pensarlo mucho salimos a buscar la última vuelta.

Saliendo de Mérida - Kilómetro 120
Que lindo! Después de 17 horas solo y sin hablar con nadie puedo empezar a compartir las sensaciones. Saliendo de la ciudad me empezó a agarrar un bajoncito anímico, así que sin pensarlo le metí comida pa´l cuerpo y en un rato la cosa mejoró, pero de todas maneras ya no me entraba mucho. Sentía como que el estomago dejaba de aceptar calorías e inclusive a rechazarlas; algo de nauseas empezaron a aparecer. Decidí, a partir de ahí, comer y beber solo cuando el cuerpo lo pidiera.

Todo, a partir de acá, lo empecé a llevar solo lo que el cuerpo me dejara. Dejé de forzar el correr, el comer o el beber. Extrañamente me sentía más cómodo corriendo que caminando aunque el ritmo de mi carrera sea el mismo que llevaría caminando pero esta vez no me importaba, sabía que estaba sumando kilómetros.

Al principio de este último recorrido empezó a llover bastante fuerte así que tuvimos que taparnos bien. Patri con su aguante y su buena charla hacia que los kilómetros pasen más rápido. El viento seguía soplando y creo que cada vez más fuerte…o eso me parecía.

Nos empezaban a agarrar otros participantes porque ya mi ritmo era de pena…pero mi ánimo era buenisimo. Pasaban las horas y lo kilómetros no tan rápido como quisiera pero iba avanzando y eso era genial. En cada puesto de control tenia que dar la repetida explicación de mi falta de hoja de ruta y número, aunque ya estaban avisados, hasta que por fin encaramos al último pueblo llamado Trujillanos.

Trujillanos queda a poco más de 9 kilómetros del final y ya para ese entonces sabíamos que mis 24 horas terminarían ahí. Pero con las ganas de seguir hasta Mérida, le calculé que tardaría un poco menos de 2 horas, osea que mis originales 24 horas serían casi 26.

A falta de 3 kilómetros para llegar al pueblo empezamos unas continuas subidas y bajadas donde la gente me pasaba caminando…y yo iba corriendo! En ese preciso momento decidí terminar mi camino en Trujillanos.

Y así fue. Cuando llegamos al puesto de control y Patri me dio mi besito de felicitación me senté en una silla…ahhhh!!!!....mes saqué las zapas y las medias…ahhhh!!!!!...y una mujer muy macanuda me trajo un sándwich y una naranja pelada.

Así terminé la mejor Ultra maratón de mi vida (hasta hoy).



Ahora quedaba el interrogante de cómo llegaríamos a Mérida. Patri me propuso que ella trotaría esos 9 kilómetros mientras yo los hacía en la bici. Al principio me negué, como es habitual en mi, pero lo pensé mejor y acepté. Me puse la ropa de abrigo que Patri se sacó, me subí a la bici tipo “La momia de Caradagian” y salimos. A los pocos kilómetros empecé a tener un poco de sueño hasta que unos minutos más tarde me dormía pedaleando. Así, tal cual. Le tuve que pedir a Patri parar y cerrar los ojos. Calculo que la subida de azúcar de la naranja tuvo algo que ver. Seguí pedaleando de todas maneras y los efectos fueron mejorando.

Llegamos a Mérida, pasamos por el centro y por la llegada de la prueba de casualidad y nos dirigimos a buscar la ropa al polideportivo.

No hubo felicitaciones ni aplausos, ni foto de llegada oficial ni camiseta de finisher, ni otro atleta que haya corrido 24 horas pero la sensación de bienestar y superación personal fue y es enorme. Cada día me separo más de necesitar lo convencional. No digo que no me guste, digo que creo que le voy quitando valor a lo pre-definido como normal y dándole más valor a los cambios internos que las Ultras me están aportando.

Cada día me siento mejor conmigo mismo y hace que sea mejor con el resto del mundo. Así que no será tan malo….digo, no?

miércoles, 11 de abril de 2012

A pocos días de 24 horas


Solo a pocos días de intentar algo que una vez creí no poder hacerlo.

El viernes a las 3 de la tarde salgo desde Badajoz, solo, hasta la Plaza España de la ciudad de Mérida que esta a 62 kilómetros para unirme a la salida de las 67 Millas Romanas (100 km). Intentaré completar unos 162 kilómetros en mis segundas 24hs de carrera.

Uff….tengo tanto en la cabeza ahora mismo que me podría pasar escribiendo mucho tiempo, pero resumiendo: conozco esta prueba porque la hice dos veces, conozco el sufrimiento de 24hs en pista constantemente acompañado, pero juntar las dos experiencias en una hace que me haga muchas preguntas.

Serán 24hs, la mayor parte del tiempo solo por el campo y durante toda la noche. Por la mañana Patri me seguirá en bici los últimos 45km.

¿Cómo saldrá? ¿Tendré el coraje para enfrentarme a todo lo que vendrá? En las 24hs de pista, si me cansaba paraba y me sentaba junto con todo el mundo. Acá no, si me canso me tengo que tirar en el medio del campo y esperar a que me vengan a buscar.

Estoy muy bien preparado (aunque siempre me quedan dudas de si podría haber hecho más), estoy muy confiado…y tengo más experiencia que la última vez. El sábado me responderé todas las dudas.

Tirenme buenas ondas!!!!

jueves, 8 de marzo de 2012

Comenzó el 2012


Hola familia, amigos!!!

Después de un 2011 lleno de objetivos, metas o sueños (como mejor quieran llamarles) la mayoría cumplidos, ahora toca la planificación de este nuevo año.

A finales del 2010 decidimos intentar clasificar para poder participar en el Spartathlon del 2012. Digo “decidimos” porque para conseguirlo necesitaba el apoyo de mi familia. Y así lo hicieron. Contacté con mi antiguo entrenador y nos pusimos manos a la obra. Fueron cayendo todos y cada uno de los objetivos, con buena nota, salvo esas 24hs de fin de año. Y a pesar del gran año, esas 24hs me mostraron que todavía estoy verde para encarar la recta final para Grecia. Me queda mucho por aprender…del camino y de mí. Por eso decidí posponer Mi gran sueño un año más. Tengo programadas unas 24hs prefabricadas para mediados de abril…y sé que me van a salir genial pero el Spartathlon no va a tener en cuenta que soy novato y en la primera de cambio me dará ese hachazo que sin la dureza necesarias en mis piernas y en mi mente no voy a poder esquivarlo. Por eso, y con todo el dolor de mi orgullo, lo dejo para el 2013.

Estos casi dos años se me van a hacer eternos, pero no quiero largar en Grecia y a los 80km tener que abandonar. Digo esto porque un gran porcentaje del total de abandonos los hacen a esa temprana parte de la competencia. Así de dura es!

Por eso, pasito a paso, a disfrutar del camino y seguir subiendo!!

Estoy ansioso por ver que pasa este año. Si el año pasado fue duro, este tiene pinta que va a ser más todavía.

El 13 de abril hago las primeras 24hs prefabricadas del año en Mérida. Digo esto porque la armo yo, ja! Después de completar los primeros 70km en solitario desde Badajoz a Mérida, me uno a la salida de una ruta organizada de senderismo de 100km en la que dan 24hs para terminarla; las LXVII Millas Romanas.

Posiblemente, y a la espera de confirmación de mi entrenador, en junio el Ultra Trail 7 playas. 50km de pura arena en semi autonomía (esto quiere decir llevando a cuestas casi todo lo necesario para sobrevivir) sobre playas entre San Fernando y Cádiz.

Para principios de agosto voy a hacer por primera vez una competencia de 50km subiendo un pico de Sierra Nevada, en Granada, por una ruta que va ´to ´pa ´rriba, ja! Se llama Subida al PicoVeleta.

A finales de septiembre otro 24hs, también en semi autonomía por la costa de Cádiz. 24hs Non Stop BreñaXtreme.

Y para rematar el año y quitarme la espinita del anterior, en diciembre haría las 24hs en pista en Barcelona.

Año planificado, objetivos decididos…ahora solo queda sumar kilómetros.

Un fuerte abrazo a todos, y a seguir buscando y encontrando!!!

viernes, 23 de diciembre de 2011

2011...buen año. 2012...será mejor!!!


Estamos casi en Navidad y a pocos días del 2012 y no hago otra cosa que pensar en los regalitos, en lo que hice en el 2011 y lo que voy a hacer en el 2012. Pese a mucho, la balanza se inclina para el lado bueno, y eso me empuja para más.

Es increíble la motivación y las ganas que tengo de seguir sumando kilómetros después de esta última carrera. Ya tengo programada las próximas 24hs para el 14 de abril.

Los números de este año también me ponen contento. Desde el 1º de enero de este año no hubo mes que no haya sumado menos de 300 kilómetros hasta el pico máximo de más de 600 kilómetros. En total fueron 4592km. En otras palabras más de 382km mensuales, ósea 95,650km semanales…de media!!! Para hacer estos kilómetros pasé por interminables minutos solo en la ruta o por la sierra, fartleks, progresivos, infinidades de lomas, pasadas…

Tres Ultras Maratones: los 101K de Ronda, un 100K de ruta y un 24hs en pista. Creo que si hago la nota media apruebo con un 7 u 8…según yo, así que no creo que sea muy valido…pero como guía me sirve. Ja!

Siento mucha satisfacción y orgullo, no solo por estos números sino por lo que tuvimos que pasar para conseguirlos. Con el apoyo de muchos amigos y la familia me mudé varias veces de ciudad por trabajo, volviendo a Badajoz cada fin de semana para ver a mis chicas, hasta agosto que llegamos a Málaga y pudimos, por fin, centrarnos.

Para mi es muy importante conseguir un equilibrio entre familia, entrenamiento y trabajo. No puedo entrenar tranquilo si el resto esta mal, o viceversa x2.

Sinceramente lo que intento buscar es felicidad. Trabajo para ser feliz, entreno para ser feliz…y soy feliz para mi familia.

¡¡¡FELIZ NAVIDAD Y FELIZ AÑO NUEVO PARA TODOS!!!!

Familia, viejos y nuevos amigos, espero, desde el corazón, que busquen y consigan cada uno de sus sueños. Estar viendo como lo consiguen y sentirlos conmigo cuando los intente.

Gracias por estar alentándome en cada carrera…gracias por estar ahí!!!!!!

lunes, 19 de diciembre de 2011

24 hores d`atletisme


Se acabó el año. Ayer fueron las 24hs d`atletisme y la verdad es que me vine con un mal sabor de boca…pero pensándolo mejor encontré un error que creo, fue el que hizo que no haya conseguido mi objetivo: suplementación y recuperantes musculares. Pensándolo y echando la vista atrás, los corredores que estuvieron por la marca que quería yo hacer, consumían este tipo de productos.

Estuve todo el año pensando en comenzar a usar suplementación pero quería saber hasta donde podía mantenerme con una alimentación adecuada y normal. Pero viéndolo ahora desde otra perspectiva, con el esfuerzo de los últimos dos días, me doy cuenta que estar 24hs corriendo no es un esfuerzo normal.

Aunque esto suena a excusa no es ni mucho menos eso. Intento aprender de mis errores así que voy repasando paso a paso lo que me trajo hasta acá hoy, y la suplementación es lo único que no cambié. Y la sensación a partir de las 13 horas de carrera era como que no tenía músculos para moverme. Ahora súmenle 11 horas más…uff!!

Acá va la crónica. Intentaré ser breve porque imagínense todo lo que habrá dentro del coco si me pongo a revolver estas ultimas 24 horas!!!

De movida contarles que el viernes por la mañana perdimos el avión ya que la compañía me pidió el pasaporte porque soy extranjero. Así que Salvador “el piloto” (y no es broma,tardó la mitad de tiempo en ir y venir al aeropuerto) conseguimos llegar a embarcar pero no nos dejaron subir al avión. Cabr…es!!!

Alquilamos un auto y salimos para Barcelona. Casi 1000 kilómetros después llegamos, a las 10 de la noche. Entre que entregamos el coche y volvimos al hotel nos acostamos a la 1 de la mañana.

Ya al otro día, en la pista a las 10 de la mañana, acomodamos todo en el sitio que te da la organización, charla técnica, presentación de todos los corredores, foto de grupo y a las 12 en punto…LARGAMOS!!!

Despacito y sin apuros intenté seguir a rajatabla el planning programado. Estaba bien entrenado, sentía mucha confianza, disponía de todo el apoyo de mi familia (aunque Cati protestó por nuestra ausencia tanto tiempo, ja) y tenía muchas ganas. ¿Qué más me faltaba para lograr mi éxito?

Las primeras 10 horas fueron muy bien. Inclusive llegué a pensar que podría conseguir más kilómetros de los que esperaba. Pero llegando a las 12 horas de carrera, cuando ya empezaba a apretar la noche, el frío y el viento (que por cierto sopló bastante fuerte toda la competencia) empecé a decaer un poquito.

Esperaba estar dentro de los 100km para las 12 de la noche y solo conseguí 93km. Ya eso hizo darme cuenta que algo no iba bien. Casi a la 1 de la mañana conseguí completarlos.

Iba comiendo y bebiendo constantemente. Mis tripas son bastante estables, por suerte, así que le metía de todo.

Seguía avanzando la madrugada y yo cada vez peor. Sabía que estaba en un pozo; un bajón anímico típico de las carreras de larga distancia y esperaba y aguantaba para que se vaya de una p…ta vez. Patri me leía todos los mensajes de ánimos que me mandaban por Facebook. Alguno que otro casi me sacaba alguna lagrimita, sobre todo las llamadas de Cati por teléfono.

4 de la mañana e iba cada vez peor. Mi trote re lento y mis caminatas lentas me desalentaban cada vez más. El planning era que desde las 12 hasta las 7 de la mañana caminara 10 minutos y corriera 20. Tirarme media hora a dormir y correr las ultimas 4 horas y pico hasta el final. ¿Fácil, no?

5 de la mañana y era una pena. Empecé a charlar con otro corredor que lo venía pasando tan mal como yo. Y como dicen: “la miseria une” seguimos contándonos nuestras penas y quejándonos como dos nenas…pero no parábamos de avanzar.

Patri me acompañaba algunas vueltas cuando caminaba, y cuando me tocaba correr se sentaba y me esperaba, a veces despierta y otras veces cabeceando. Ja, tenían que verla. A veces pasaba y ella estaba dormida pero cuando se daba cuenta se despertaba y me alentaba…pero yo ya había pasado!

La 6 de la mañana. 18 horas corriendo. Poco más de 120 kilómetros y todavía faltaba 6 horas. Para ese momento ya llevaba en un pozo desde antes de las 12 de la noche. Creo que eso es mucho tiempo para soportar tanto dolor y desazón, así que decidimos adelantar la cabeceada y dormir 30 minutos a ver si me recuperaba.

Que alegría! Me tiré en la bolsa de dormir sobre una colchoneta de gimnasio. Parecía una cama con el mejor colchón. Me dormí al toque. Me despierto solo a la media hora y le digo a Patri que 15 minutos más. Me vuelvo a despertar solo…increíble!...e intento ponerme de pie…………incontable!!!!! Me dolía hasta la nariz, inclusive hoy me duele. Me cambio las camisetas interiores para intentar hacer las últimas horas un poco más cómodo y cuando me pongo de pie, apoyándome de todo lo que había a mi alrededor, me empiezan a venir unas ganas de vomitar tremenda. Salgo de la habitación, donde dormían otros tantos corredores más, apurado para no molestarles con mis arcadas y buscando un lugar para vomitar pero con dos piernas que no podía flexionar las rodillas. Al baño no llegaba. Levanto la cabeza y veo un montón de cajas de cartón vacías apiladas y me apoyo en la pared con las dos manos, cabeza gacha gritándole a HUGGOOO!!! Que mal cuerpo me quedó. Con todo ese sudor frío decido no esperar más y salir a la pista a seguir sumando metros.
 
7 de la mañana y Patri acompañándome en esta caminata de pena. No podía enfocar, se me cerraban los ojos, creo que me tambaleaba un poco, me costaba tener la cabeza alta e iba todo encorvado. Empieza a amanecer y parece que vuelve la alegría….pero mis músculos no funcionan. 4 horas más para el final; mucho tiempo y Patri no me dejaba pensar en otra cosa que no sea seguir adelante.

Las siguientes 2 horas sobreviví. La compañía de Patri y el aliento constante de los voluntarios me sacaron adelante.

Pasada las 9 de la mañana solamente quedaban un poco más de dos horas para el final, y aunque seguía caminando, mi paso era más vivo.

El total de corredores que largamos las 24hs fuimos 100 que dábamos vueltas a la pista por el andarivel 6,7 y 8, pero a la par se hacia una competición por equipos de 24hs también por los andariveles 4 y 5. Y a la vez, por los andariveles 1, 2 y 3 se hacían diferentes competencias a toda hora. Inclusive se largó una Maratón…si, de 42K a las 12 DE LA NOCHE. Todo eso le daba una vida a la pista que te distraía y ayudaba muchísimo en esta monotonía de dar vueltas.

10 y media de la mañana e intenté correr porque me sentía mejor y duré 200 metros. Se ve que eso me sacó lo último que me quedaba porque ya no pude conseguir caminar al ritmo de antes.

Con Patri siempre a mi lado estaba llegando al final de estas locas 24 horas. Durante estas ultimas horas caminó conmigo, ella me cocinó todo lo que necesité, me atendió todas las necesidades, me alentó y no dejó que me ganen mis malos pensamientos, y en gran parte llegar al final fue gracias a ella.

Esta última hora fue genial. Se ve que los voluntarios y algunos acompañantes se dieron cuenta de mi estado anterior y me alentaban y felicitaban por estar en el final…pero, sinceramente, a mi me daba vergüenza. Veía el esfuerzo de todos los otros corredores donde había muchos que estaban corriendo todavía y yo no…y me alentaban por eso.

Este fin de semana me dí cuenta de la grandeza del ser humano, del cuerpo y de la mente. Este tipo de competencia va más allá de un planning o de pelear un puesto. Este tipo de carreras se resume en el espíritu, en la convicción de conseguir lo que fuiste a buscar, en vivir el presente porque el futuro esta 24hs corriendo por delante, en aprovechar los baches y la euforia porque los dos pasan, en cuanto dolor podes soportar sin bajar los brazos. No fui el único que vomité o al que le dolían las rodillas al punto de no poder soportar tu propio peso, pero ahí seguían. Tendrían que ver sus ojos, sus miradas llenas de convicción y de fortaleza.

Muchas veces pensamos que la felicidad y el desarrollo personal esta en la cantidad y comodidad de las cosas materiales que podemos comprar para que nos hagan la vida más fácil pero ayer, viendo la cara de todos esos monstruos y monstruas cabezasduras con 24hs en el cuerpo sin parar, no me cabe la menor duda que no es así.

Sonó el aviso del final de las 24hs y dejamos nuestra marca en la pista para que los jueces recojan los metros totales y caminamos juntos de la mano hasta cruzar la meta donde nos esperaba todo el público haciendo un camino de aplausos y felicitaciones. No recuerdo haber sentido tanta emoción al final de alguna carrera. Tuve que contener las lágrimas, y más cuando miro a Patri y la veo llorando.

Voy a comparar este tipo de carrera a la vida, creo que el secreto del éxito de ambas es el mismo: Prepararte a conciencia con paciencia y con pasión, apoyarte en tus amigos y en tu familia, ayudar sin esperar nada a cambio, conseguir el mejor equipo que puedas, aprender de tus errores y ayudar a que otros no lo cometan, competir con caballerosidad, aprender de las derrotas y disfrutar las victorias pero guardarlas en un cajón. Yo no conseguí el éxito todavía pero lo estoy buscando.

Ítem aparte para la organización de la carrera. ¡IMPECABLE! Lo difícil que debe ser la organización para este tipo de competencia donde hubo momentos que éramos 200 o 300 personas dando vueltas a la pista por tres carriles diferentes, en direcciones diferentes y en tres competencias diferentes y no hubo ni un error, ni mala onda y siempre te recibían con una sonrisa. Me gusta hasta la camiseta de recuerdo!

Gracias Negri por bancarme tanto, sos mi pierna derecha. Gracias a todos mis amigos por esos ánimos que me ayudan muchísimo y espero seguirlos recibiendo en las próximas competencias…claro!...Habrá más carreras….o que pensaban!!!!!

Números: pasé las 12 horas con 202 vueltas y termine las 24 horas en el puesto 47con 328 vueltas osea 143,664 kilómetros.

Creo que esta fue la carrera que peor me salió este año, pero la que más aprendí.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Pasó el finde!!!

Y pasó el fin de semana…y sobreviví…con buena nota!!!

Tomándome unos mates calentitos y comiéndome un sándwich que sobró de ayer, reflexiono: -¿Esta la felicidad en los pequeños triunfos diarios caminando hacia un gran sueño? Creo que si. Hoy estoy feliz!

Sin un foco u objetivo que me motive no sería capaz de salir a entrenar diariamente, y menos estar diez horas en la calle, con toda la lluvia que te podes imaginar, porque tu entrenador te lo escribió en un plan.

Este fin de semana llovió lo que no llovía desde hace…no sé…hace 6 meses que estamos en Málaga y nunca vi llover así. El sábado tenia tres jornadas: 6 horas a la mañana, 4 horas a la tarde y 2 horas a la noche. Salvo la primera jornada, llovió a cantaros en las otras dos. Y el domingo tenia 10 horas continuadas, en donde llovió durante las 10 horas con rayo, truenos, relámpagos y todo lo que se les ocurra.

El sábado conseguí 101 kilómetros en total, acostándome a la 1 de la mañana para levantarme el domingo a las 7 y salir a hacer el resto.

El primer día pasó bastante bien. Se me hizo un poco largo por la lluvia que obligaba a cambiarme de ropa cada poco tiempo. El domingo tenia previsto parar cada 4 horas a comer y seguir rápidamente pero llovió tanto que tuve que cambiarme de ropa cada vez por miedo a alguna gripe y/o ampollas por correr tanto tiempo con las zapas y las medias mojadas. Así que de tener previsto perder 25/30 minutos pasé a perder algo así como una hora y poco, lo que se tradujo en menos kilómetros recorridos.

El domingo sumé 73 kilómetros más, así que entre los dos días salieron 174 kilómetros. YEAHHH!!!!!!!!

Todavía un poco incrédulo de haber podido estar tantas horas en movimiento con tan buenas sensaciones. Hoy solo tengo un poco de fatiga en la parte de atrás de mis piernas y la parte baja de la espalda. No lo puedo creer!

Me queda un buen reto y diez meses más de duro entrenamiento para estar en Grecia.

Aunque haya pensado alguna vez que este sueño era de locos….ayer lo comprobé ¡es una locura! Pero esta locura me trae felicidad, así que ¿donde acaba la normalidad y empieza la locura?