“Hombre cobarde no coge mujer bonita”. Pepe Kierdelewicz

lunes, 31 de mayo de 2010

100K Villa de Marid



"Soldado que huye sirve para otra batalla"

Así es. Mi carrera terminó en el kilómetro 60.

Podría decir que la culpa fue por mi rodilla, o de los más de 30 grados de temperatura, o del infame circuito (definición extraída de un foro de atletismo al referirse a esta carrera) con más subidas de las que podía aceptar, o de la falta de fondo con el que sabía que asistía a esta competencia.

Mi meta era la de terminar 80 kilómetros CORRIENDO. ¿Por qué en mayúsculas? Porque quería probarme, ver mi ritmo y mi fuerza mental. No parar ni siquiera para comer. Y así lo hice.

Y la verdad es que no supe/pude solventar todos estos inconvenientes. Sería más fácil decir que fue a causa de alguna de estas cosas, pero sinceramente, mi mente me ganó. El dolor muscular por la falta de preparación específica hizo que, a partir del kilómetro 32, todo fuera cuesta abajo. La subidas agotaban mis cuadriceps una a una. Esta carga muscular hacia que mi rodilla “tocada” se fuera sobrecargando hasta llegar al dolor a partir de allí.

Creo que por lo años y experiencia decidí terminar mi carrera. Posiblemente algunas vueltas más hubiera llegado a dar ¿Pero a que costo? Hubiera empezado a caminar en algunos tramos pero ese no era mi objetivo. En los últimos 30 kilómetros estaba tomando 1 LITRO de líquido por cada 10km y mi sudor era escaso, y eso me estaba dando mala espina. El daño muscular y articular, sin hablar del psicológico, que hubiera  comenzado a tener habrían hecho que mi recuperación fuera más larga……y el fin de esta carrera no sería el que fui a buscar.

Mi objetivo esta en los 100K de Besana en septiembre. Todo lo que haga hasta ese día será preparación. Ese es mi objetivo.

domingo, 23 de mayo de 2010

A una semana...

Estoy nuevamente a una semana de mi próximo reto; 80 kilómetros en Madrid.

Los 100K Villa de Madrid se hacen sobre un circuito de 10 kilómetros. Tiene la particularidad que a partir de los 50K (5 vueltas) podés terminarlo en la vuelta que quieras. Esta vez voy a buscar una buena marca (para mi) sobre 80K ya que no llego con el fondo necesario. Esta prueba, junto con la Maratón de montaña que quiero correr dos semanas después serán parte de mi preparación para conseguir una buena marca en los 100K de Cantabria a realizarse en septiembre.

Realmente esta preparación la llevé muy bien. Pude sumar todos los kilómetros que me propuse con muy buenas sensaciones….salvo….siempre hay un pero….que en la última tirada larga del sábado pasado tuve un dolor fuerte en la rodilla derecha que me hizo parar antes. Era un entrenamiento de 45 kilómetros a ritmo de carrera…y me estaba sintiendo muy bien. Inclusive cuando me vino a buscar Patri, por el kilómetro 31, me sentía genial, tenía las piernas muy sueltas.

 

Hielo y antiinflamatorios durante varios días esperando poder llegar a largar el domingo que viene. Ya no me duele pero no la siento del todo bien. No sé si será mental pero….. Ayer hice 35K con la bici y hoy con Patri otros 45K y ningún aviso raro. Lo raro es mi cabeza, toda la semana sin correr me desconcierta.

Mi intención es salir a trotar unos 15 o 16 kilómetros el lunes para ver como esta. Si me duele no voy a poder largar.

No estoy nervioso ni ansioso. Tampoco me siento enojado por esto, solo un poco…¿como decirlo?....triste, tampoco….algo así como cuando esperas un regalo y estas viendo que no te lo van a regalar….algo así!!!

Tanto esfuerzo para conseguir estar en la línea de salida en la mejor forma posible y por una simple sobrecarga me tendría que quedar en casa.

Es que largar es mi regalo…es el regalo a todos esos días de entrenamiento, de dejar a mis chicas merendando solas mientras yo sumaba kilómetros, son todas esas horas solos por el campo….y un largo etcétera.

No sé si alguna vez se los dije pero a mi no me gusta nada entrenar. Me apasiona correr, pero entrenar todos los días NO. Me encanta los días previos, la largada y terminar victorioso…pero entrenar NO. Creo que lo hago por esos últimos 500 metros de la carrera….vale la pena todo el esfuerzo!!!

Espero el domingo que viene estar escribiendo buenas noticias.

lunes, 12 de abril de 2010

LXVII Millas Romanas 2010

No sé por donde empezar…si ya sé…por el principio…¿pero cual?...ese en el que hace dos años soñaba con terminar mi primer Media Maratón o cuando me dí cuenta que podía correr un 42K.

Si, de eso se trata, del camino que recorrí…mos hasta el día de hoy…al terminar mis primeros 100K.

Las sensaciones que tengo ahora mismo no son de las de terminar exitosamente una carrera o haber hecho una buena marca, trata del objetivo conseguido…un objetivo lejano, casi utópico, que tenía desde que comencé a correr…desde cuando me enteré que había carreras llamadas “Ultra Maratones”.

Hoy por la mañana me sentía raro….bueno….igual que ahora….siento como que mi cuerpo esta vacío. Me duele hasta los bíceps (¿?)….¿por qué? No tengo idea. Si solo corrí, no cargué ninguna carga pesada, ni empujé nada…pero igual me duelen los brazos. Siento que dejé todo mentalmente…..físicamente no sé!

Me encuentro genial; con los dolores lógicos (creo yo) de haber estado toda la noche y parte del día corriendo. Con la sensación de satisfacción de haber hecho algo grande.

Sé que maduré durante esa noche del viernes al sábado. Me dí cuenta de muchas cosas, acepté otras, y espero seguir aceptando y mejorando cosas que me pasaron por la cabeza durante esas casi 13 horas de soledad por el campo de Extremadura. Si, digo soledad porque de 374 corredores/marchadores que largamos el viernes, no pude engancharme con nadie.

El viernes a las 21:00hs largué junto con esas 373 almas a buscar ese objetivo común; terminar las LXVII Millas. Teníamos 24 horas para conseguirlo.

Sabía que la noche iba a ser difícil después del último entrenamiento nocturno, pero esperaba que al ir con más gente se haga más llevadera.

Les cuento que esta marcha es una actividad sin fines competitivos. La organiza un club de senderismo de Mérida con un tiempo máximo pero también con un tiempo mínimo de paso para que esta ruta siga con su filosofía senderista, sin otra excusa que la de pasar un buen rato y esforzarnos al máximo de nuestras posibilidades. Se trata de una ruta compuesta por tres bucles, dos de 27 km más o menos y la última de 45 km, con centro en un polideportivo donde dejamos la ropa y demás cosas para utilizar mientras necesitemos. Durante el camino teníamos 12 controles obligatorios que respetar donde te anotan el dorsal en una planilla y te sellan una hoja de ruta.

Largamos tranquilamente por un camino bordeando el río Guadiana hasta el primer control. Llegamos ya de noche y esperamos a que abra para que nos sellen la hoja y seguir. Seis minutos después volvimos a desandar el camino que nos trajo, cruzándonos con los marchadores que venían, hasta volver a Mérida y cruzar el puente Romano para seguir otros 6 km, sellar la hoja de ruta y volver hacia el polideportivo donde teníamos nuestro avituallamiento principal. Fideos y caldo estaban preparados mientras esperábamos que nos abra el cuarto control de ruta.

Por cierto, muy divertida esta parte porque me mantenía ocupado prestando mucha atención en el camino para pisar bien y no caerme, ni chocarme con otro corredor o con algún marchador que venia en sentido contrario. Fueron bastante lentos estos primeros 27K. Hasta el punto que estuve tirando en la cabeza por varios kilómetros.

27 minutos después de llegar al “primer polideportivo” salí solo en busca del segundo circuito llamado Proserpina, ya que este llega hasta una lago con este mismo nombre. Pasaban de las 12:20 de la noche.

Durante los primeros metros me engancho a un grupo ya que era un poco complejo salir de la ciudad aunque estuviera marcado. Cuando llegamos al campo me quedo solo; un grupito de tres corredores delante a 300 metros y el resto por detrás. Sin prestar demasiada atención a las marcas del recorrido, ya que tenía al grupito delante, hice los primeros kilómetros relajado…hasta que veo los frontales de “mis liebres” apuntando hacia mi…¡nos pasamos!... Nos juntamos con los que venían detrás y en un solo grupo de alrededor 15 corredores empezamos a buscar las marcas. Como kilómetro y medio hacia atrás encontramos el desvío. Con dolor en el ego seguimos por el camino correcto hasta que nos volvimos a separar. Minutos después veo otra vez los frontales de “mis liebres” apuntando hacia mi. ¿Nos perdimos, si no había ningún camino que saliera?…no…uno de ellos se había caído y los otros intentaban levantarlo.

Nos volvimos a separar…otra vez…(¿olería mal?)…Quinto control en medio de la nada. Aquarius, una banana y a seguir. Paso a otros cuatro corredores cerca del lago Proserpina y sigo solo. Esta parte es bonita ya que circundamos este lago rodeado de casas…y con luz por las calles…un descanso para los ojos.

Sexto control en el kilómetro 44. Casi la mitad del camino con 5 horas y 20 minutos. Agarro un gel, Aquarius y una manzana (no había bananas), sello el control y caminando termino la fruta para seguir corriendo. Saliendo del barrio paso una rotonda y las señales siguen por la ruta. Hago unos 500 metros y giro para el lado contrario a Mérida. Algo iba mal. Sigo hasta la próxima rotonda y ninguna marca…ME PASÉ…LA PU…..QUE LO PARIÓ!!!! Vuelta hacia atrás acordándome de las madres de todos los organizadores hasta que dí con dos frontales. Les pregunto si saben por donde…y en portugués me contestan. No les entendí nada. Inmediatamente vemos “al unísono” el cartel MAL PUESTO para agarrar un camino a la derecha. Los portugueses se quedan atrás. Sigo solo hasta agarrar a otro grupo…de portugueses también…estaba destinado a correr solo. Casi 11 kilómetros hasta el “segundo polideportivo” de un camino de mierda acompañado por un portugués.

1 hora y 23 minutos para hacer esos últimos 10 kilómetros. Tendría que estar en el kilómetro 55 y mi GPS me marcaba 60K. Ya es difícil terminar 100K para meterle 5 kilómetros más.

Durante el camino hablaba por teléfono con Patri y Cati que estaban en Badajoz. Correr de noche y solo no me iba bien. Muchas sensaciones malas me rondaban. No sé por qué. Esas charlas me ayudaban a desconectar.

Ya mis piernas acusaban cansancio. Tranquilo me cambio mis camisetas, me tomo un café con leche y algunas galletitas (muy ricas, por cierto), un gel, de nuevo vaselina en mis “partes íntimas”, agua al Camelbak, una cagadita y al camino…a empezar la tercera, más larga y última vuelta.

No estaba del todo convencido. Me acordaba de un comentario que le hice a un amigo antes de largar: -“La última vuelta hay que salir sin pensarlo”. 34 minutos después de llegar al poli así lo hice…solo…otra vez.

Llevaba 7 horas y veinte minutos más o menos…y otra vez al camino, pero esta vez la última. Pronto amanecería y eso me ponía las pilas. Sabía que iba a ser la más dura, sabía que podía pasar de todo. Me sentía bastante bien pero empezaban los miedos.

Por la ciudad me vuelvo a perder pero enseguida encuentro el camino…y de nuevo al campo; de nuevo a la oscuridad.

Yendo por un camino solitario y oscuro, veo la autovía que tenemos que cruzar. Sigo corriendo y de repente escucho: -“AGUAAA, AGUAAA”. Apunté mis linternas hacia todos lados y no veía nada. A unos 20 o 30 metros, en el camino veo un bulto que se movía. Sigo hacia él y veo a un “voluntario loco” de la organización tirado literalmente entre packs de aguas. Me cuenta que se les encajó la camioneta en el barro y no llegaron más adelante. Le dejaron ahí hasta las 8 de la mañana. Faltaban 3 horas todavía donde el loco iba a estar entre el frío y el viento que había, que por cierto sopló toda la noche. Un aplauso para él.

15 kilómetros después de salir del poli llego a Mirandilla; primer pueblo y control de ruta. Eran las 6 de la mañana y casi 70 kilómetros; ya me dolía todo. Gel, banana, Aquarius y sándwich de jamón. Empieza el camino con bastantes subidas. Decido subir caminando y correr los llanos y las bajadas para guardar fuerzas. No sabía como iba a reaccionar mi cuerpo con tantas horas. Prefiero dosificar…por las dudas, vió!!!

Llego al segundo pueblo; San Pedro. Me sellan mi hoja de ruta. Ya había amanecido. Calculé que me quedaba 10K hasta el último pueblo y 10K más hasta Mérida. Pregunto y me dicen que solo 16 kilómetros hasta Mérida. Con alegría y motivación salgo, después de una banana, otro gel y Aquarius.

Poco más de 6 kilómetros llego a Trujillanos; último pueblo. Banana, Aquarius, control de paso y salir finalmente hacia Mérida después de casi 12 horas de carrera.

10 kilómetros y mi victoria personal. Quería hacerla corriendo y lo estaba logrando. Sabía que entre 30 y 40 minutos llegaría a la ciudad. Ya la veía. Sabía el camino que tenía que hacer hasta la plaza España donde estaba la línea de meta y me esperaban mis chicas. Correr por la ciudad con casi 13 horas en las piernas, entre la gente con miradas incrédulas, fue genial. Llego a la peatonal que desembocaba en la plaza. Unos metros y veo a Cati corriendo hacia mi. La agarro de la mano y corremos juntos hasta el final. Nos abrazamos con Patri y Cati entre aplausos de la gente. Fue grande, fue precioso, fue único!!!
Tiempo no oficial personal 12 horas y 54 minutos en el puesto 12. Puesto y tiempo oficial: no lo sé y 12 horas con 55 minutos. Algo irrelevante comparado al logro personal.

 

Como siempre y en todo lo que hago, agradezco a Patri su gran apoyo. Sus charlas a las 3 de la mañana, su predisposición a bancarme. No podría hacerlo sin ella.

domingo, 28 de marzo de 2010

Entrenamiento nocturno

Que cansado que estoy…!!!!


Ayer hice mi primer entrenamiento nocturno en solitario. Fue, mentalmente, increíblemente duro. Que soledad, que sensaciones de vulnerabilidad. Todo tu mundo se comprime a la luz de tu frontal.

Las primeras horas las hice por un camino muy familiar…de día…pero de noche no tiene nada que ver. La sensación de correr por un mundo totalmente distinto, de no saber donde pisar, de no encontrar el camino. Intentas mirar más allá para ver donde sigue y no ves nada más que sombras. Por suerte la luna estaba casi llena.

Seguía corriendo hacia adelante con más ganas de darme la vuelta que de continuar. Una lucha constante conmigo mismo para seguir tirando. Mi mochila molestaba cada vez más. Los casi 5 kilos no me facilitaban las cosas.

Después de la segunda hora tomaba un camino por el cual pasé una sola vez el año pasado…y cada vez más barro…y cada vez me alejaba más de mi casa. Seguía corriendo con las luces de Badajoz a mi espalda, sumado a la sensación de llevar más de dos horas corriendo y alejarme cada vez más, estaba destruyendo mi motivación.

Muchas cosas pasaban por mi cabeza, pero la que más fuerza tenía desde los primeros 10K fue la de pensar: -“¿…y por qué? Dejar a mis chicas en casa y yo salir a sufrir y arriesgar mi seguridad…¿para qué?...¿para que gastar tantas energías en algo tan egoísta?”…Extrañaba, temía, añoraba. Esos pensamientos me acompañaron las primeras 3 horas. Solo cuando me acercaba a la encrucijada de caminos que me haría volver no comencé a levantar mi ánimo.

Pasadas las 3 horas de carrera me llega un sms de dos llamadas perdidas de Patri. La llamo y le empiezo a contar mis pensamientos. Sus palabras me ayudaron, su charla hizo que los kilómetros pasen más rápido. Ya con las luces de Badajoz a la vista los fantasmas comenzaron a quedar atrás.

Al final fueron casi 5 horas de carrera.

Generalmente, después de un entrenamiento sacrificado me siento muy bien…pero esto es distinto. Esta vez mi mente me jugó una mala pasada, hizo cuestionarme muchas cosas. El por qué y el para qué son dos preguntas muy difíciles de contestar….me. Tengo muchas dudas; inclusive la de correr los 100K de la próxima semana.

No sé si estoy preparado para afrontar lo difícil de esta prueba, tanto en su preparación como en la competencia en si. Ayer me dí cuenta que la Ultra va muuucho más allá de un simple entrenamiento físico. Va más allá de que tus rodillas te aguanten o conseguir tiempo para entrenar.

Espero aclararme para poder seguir disfrutando y divirtiéndome con esto. Ayer, sin ninguna duda, no lo pasé bien. Mi cuerpo respondió bien pero mi cabeza no.

Por lo pronto, creo que largaré los 100K dentro de dos semanas y después decidiré.

jueves, 18 de marzo de 2010

Por qué de una prueba de 100 Km?

Observamos que, año tras año, olimpíada tras olimpíada, quedan atrás marcas, récords. Caer esa bandera que parecía insuperable en la cima del esfuerzo…En definitiva, no podemos imaginar hasta donde llega el espíritu de superación del ser humano.

¿Orgullo? ¿Protagonismo? ¿Espíritu de progreso?. Una larga lista de interrogantes, sobre los resortes que suelen mover el afán y las ilusiones personales.

No es difícil imaginar y comparar, que para una atleta pueden estar enmarcados los límites de su velocidad, no obstante busca unas décimas menos; igualmente se pueden buscar unos kilómetros más, ese fondo de resistencia y capacidad en sufrimiento. Encontrarse, en definitiva, hasta donde podemos soportar esa incomodidad, que la vida habitual nos impide vislumbrar.

Contradictoriamente y por este tipo de esfuerzo individual, huimos de la contradicción sobre la que se asienta nuestra rutina, metiéndonos de lleno en algo contradictorio a la vez, como puede ser la búsqueda de las limitaciones personales, a través del esfuerzo, y no emplearse como medio para lograr una comodidad. En definitiva, llegar a la autoestimación por medio de la superación.

Personalmente, este tipo de competición, o los entrenamientos, son para mi una función orgánica, igual que comer o dormir.

No pretendo solamente exponer el por qué de los 100 Km en sí, sino el nacimiento de la prueba en cada uno de nosotros. El nacimiento de un nuevo mundo se abre con su particular visión y recoge una especie de meditación conjugada por la fatiga física, que da lugar al relax mental; una nueva forma de sentir, de profundizar en situaciones y problemas al tiempo que nos evadimos de ellos, dejando difuminado en cada panorama, que nuestra marca solitaria nos depara a través de carreteras, campos, donde el sudor empaña la vista, donde el ritmo de los pies acompaña el murmullo de la respiración a modo de melodía que ameniza esa soledad y desamparo del corredor de fondo; dando ese entorno cierto toque poético y patético a la vez. Valga la disonancia al encuadre de la filosofía del corredor.

Soto Rojas, pionero corredor del Ultra fondo español. Extracto de su libro “Ultrafondo 100 Km – Cantabria pionera”.

martes, 16 de marzo de 2010

LA SOLEDAD DEL CORREDOR DE FONDO

Muchas horas semanales con estos sonidos. Aunque los mitigue con música estos sonidos siempre me acompañan.
De Imágenes de Blogger

viernes, 19 de febrero de 2010

Una historia para pensar

...la encontré en un foro y me gustó mucho. Espero que les sirva igual que a mi. Disfrutenla!


Pablo, con el rostro abatido de pesar, se reúne con su amiga Laura en un bar a tomar un café. Deprimido, descargó en ella sus angustias... que el trabajo, que el dinero, que la relación con su pareja, que su vocación!...Todo parecía estar mal en su vida.

Laura introdujo la mano en su bolso, sacó un billete de 500 EUR y le dijo:

¿Quieres este billete?

Pablo, un poco confundido al principio, le contestó: Claro, Laura...son 500 EUR, ¿quién no los querría? Entonces Laura tomó el billete en uno de sus puños y lo arrugó hasta hacerlo una pequeña bola.

Mostrando la estrujada pelotita a Pablo, volvió a preguntarle: Y ahora, ¿lo quieres también?

Laura, no sé qué pretendes con esto, pero siguen siendo 500 EUR.

Claro que lo cogeré si me lo das.

Laura desdobló el arrugado billete, lo tiró al suelo y lo restregó con el pie, levantándolo luego sucio y marcado. ¿Lo sigues queriendo?

Mira, Laura, sigo sin entender a donde vas, pero es un billete de 500 EUR, y mientras no lo rompas, conserva su valor...

Pablo, debes saber que aunque a veces algo no salga como quieres, aunque la vida te arrugue o pisotee, sigues siendo tan valioso como siempre lo has sido... Lo que debes preguntarte es cuánto vales en realidad y no lo golpeado que puedas estar en un momento determinado.

Pablo se quedó mirando a Laura sin atinar con palabra alguna, mientras el impacto del mensaje penetraba profundamente en su cerebro. Laura puso el arrugado billete a su lado en la mesa y con una sonrisa cómplice agregó:

Toma, guárdalo, para que te acuerdes de esto cuando te sientas mal... pero me debes un billete nuevo de 500 EUR para poderlo usar con el próximo amigo que lo necesite.

Le dio un beso en la mejilla y se alejó hacia la puerta.

Pablo volvió a mirar el billete, sonrió, lo guardó y con una renovada energía llamó al camarero para pagar la cuenta...

¿Cuántas veces dudamos de nuestro propio valor, de que realmente merecemos más y que podemos conseguirlo si nos lo proponemos?

Claro que no basta con el mero propósito...Se requiere acción y existen muchos caminos.

Tratad de contestar a estas preguntas:
1-Nombrad las 5 personas más adineradas del mundo.
2-Nombrad las 5 últimas ganadoras del concurso Miss Universo.
3-Nombrad 10 ganadores del premio Nobel.
4-Nombrad los 5 últimos ganadores del Óscar como mejor actor o actriz.

Qué tal? ¿Mal? No os preocupes. Ninguno de nosotros recuerda los titulares de ayer. ¡Los aplausos se van! ¡Los trofeos se empolvan! ¡Los ganadores se olvidan!

Ahora contestad a estas otras:
1-Nombrad 3 profesores que os hayan ayudado en vuestra formación.
2-Nombrad 3 amigos que os hayan ayudado en tiempos difíciles.
3-Pensad en algunas personas que os hayan hecho sentir algo especial.
4-Nombrad 5 personas con las que disfruteis pasar vuestro tiempo.

Qué tal? ¿Os fue mejor? Las personas que marcan la diferencia en vuestras vida no son aquellas con los mejores credenciales, con mucho dinero, o los mejores premios...Son aquellas que se preocupan por vosotros, que os cuidan, las que de muchas maneras están con vosotros.

Reflexionad un momento. ¡La vida es muy corta! Vosotros, en qué lista estáis?
No sabeis?...dejadme daros una ayuda...No estáis entre los famosos, pero sí entre los que recordaré para mandaros este mensaje.

UN ABRAZO

Nunca sabrás de lo que eres capaz de hacer hasta que dejes de ponerte tú mismo los límites.
Entrena, descansa, creetelo... y a por ello.

LO IMPORTANTE NO SOLO ES CONSEGUIRLO , SINO ESTAR EN CONDICIONES DE INTENTARLO.

jueves, 18 de febrero de 2010

El día después de una Maratón

Esos locos que corren

Esos locos que corren
yo los conozco.
Los he visto muchas veces.
Son raros.
Algunos salen temprano a la mañana y se empeñan en ganarle al sol.
Otros se insolan al mediodía, se cansan a la tarde o intentan que no los atropelle un camión por la noche.
Están locos.
En verano corren, trotan, transpiran, se deshidratan y finalmente se cansan… sólo para disfrutar del descanso.
En invierno se tapan, se abrigan, se quejan, se enfrían, se resfrían y dejan que la lluvia les moje la cara.
Yo los he visto.
Pasan rápido por la rambla, despacio entre los árboles, serpentean caminos de tierra, trepan cuestas empedradas, trotan en la banquina de una carretera perdida, esquivan olas en la playa, cruzan puentes de madera, pisan hojas secas, suben cerros, saltan charcos, atraviesan parques, se molestan con los autos que no frenan, disparan de un perro y corren, corren y corren.
Escuchan música que acompaña el ritmo de sus piernas, escuchan a los horneros y a las gaviotas, escuchan sus latidos y su propia respiración, miran hacia delante, miran sus pies, huelen el viento que pasó por los eucaliptos, la brisa que salió de los naranjos, respiran el aire que llega de los pinos y entreparan cuando pasan frente a los jazmines.
Yo los he visto.
No están bien de la cabeza.
Usan championes con aire y zapatillas de marca, corren descalzos o gastan calzados. Traspiran camisetas, calzan gorras y miden una y otra vez su propio tiempo.
Están tratando de ganarle a alguien.
Trotan con el cuerpo flojo, pasan a la del perro blanco, pican después de la columna, buscan una canilla para refrescarse… y siguen.
Se inscriben en todas las carreras… pero no ganan ninguna.
Empiezan a correrla en la noche anterior, sueñan que trotan y a la mañana se levantan como niños en día de reyes.
Han preparado la ropa que descansa sobre una silla, como lo hacían en su infancia en víspera de vacaciones.
El día antes de la carrera comen pastas y no toman alcohol, pero se premian con descaro y con asado apenas termina la competencia.
Nunca pude calcularles la edad pero seguramente tienen entre 15 y 85 años.
Son hombres y mujeres.
No están bien.
Se anotan en carreras de ocho o diez kilómetros y antes de empezar saben que no podrán ganar aunque falten todos los demás.
Estrenan ansiedad en cada salida y unos minutos antes de la largada necesitan ir al baño.
Ajustan su cronómetro y tratan de ubicar a los cuatro o cinco a los que hay que ganarles.
Son sus referencias de carrera: “cinco que corren parecido a mí”.
Ganarle a uno solo de ellos será suficiente para dormir a la noche con una sonrisa.
Disfrutan cuando pasan a otro corredor… pero lo alientan, le dicen que falta poco y le piden que no afloje.
Preguntan por el puesto de hidratación y se enojan porque no aparece.
Están locos, ellos saben que en sus casas tienen el agua que quieran, sin esperar que se la entregue un niño que levanta un vaso cuando pasan.
Se quejan del sol que los mata o de la lluvia que no los deja ver.
Están mal, ellos saben que allí cerca está la sombra de un sauce o el resguardo de un alero.
No las preparan… pero tienen todas las excusas para el momento en que llegan a la meta.
No las preparan…son parte de ellos.
El viento en contra, no corría una gota de aire, el calzado nuevo, el circuito mal medido, los que largan caminando adelante y no te dejan pasar, el cumpleaños que fuimos anoche, la llaga en el pie derecho de la costura de la media nueva, la rodilla que me volvió a traicionar, arranqué demasiado rápido, no dieron agua, al llegar iba a picar pero no quise.
Disfrutan al largar, disfrutan al correr y cuando llegan disfrutan de levantar los brazos porque dicen que lo han conseguido.
¡qué ganaron una vez más!
No se dieron cuenta de que apenas si perdieron con un centenar o un millar de personas… pero insisten con que volvieron a ganar.
Son raros.
Se inventan una meta en cada carrera.
Se ganan a sí mismos, a los que insisten en mirarlos desde la vereda, a los que los miran por televisión y a los que ni siquiera saben que hay locos que corren.
Les tiemblan las manos cuando se pinchan la ropa al colocarse el número, simplemente por que no están bien.
Los he visto pasar.
Les duelen las piernas, se acalambran, les cuesta respirar, tienen puntadas en el costado… pero siguen.
A medida que avanzan en la carrera los músculos sufren más y más, la cara se les desfigura, la transpiración corre por sus caras, las puntadas empiezan a repetirse y dos kilómetros antes de la llegada comienzan a preguntarse que están haciendo allí.
¿por qué no ser uno de los cuerdos que aplauden desde la vereda?
Están locos.
Yo los conozco bien.
Cuando llegan se abrazan de su mujer o de su esposo que disimulan a puro amor la transpiración en su cara y en su cuerpo.
Los esperan sus hijos y hasta algún nieto o algún abuelo les pega un grito solidario cuando atraviesan la meta.
Llevan un cartel en la frente que apaga y prende que dice “llegué -tarea cumplida”.
Apenas llegan toman agua y se mojan la cabeza, se tiran en el pasto a reponerse pero se paran enseguida porque lo saludan los que llegaron antes.
Se vuelven a tirar y otra vez se paran porque van a saludar a los que llegan después que ellos.
Intentan tirar una pared con las dos manos, suben su pierna desde el tobillo, abrazan a otro loco que llega más transpirado que ellos.
Los he visto muchas veces.
Están mal de la cabeza.
Miran con cariño y sin lástima al que llega diez minutos después, respetan al último y al penúltimo porque dicen que son respetados por el primero y por el segundo.
Disfrutan de los aplausos aunque vengan cerrando la marcha ganándole solamente a la ambulancia o al tipo de la moto.
Se agrupan por equipos y viajan 200 kilómetros para correr 10.
Compran todas las fotos que les sacan y no advierten que son iguales a las de la carrera anterior.
Cuelgan sus medallas en lugares de la casa en que la visita pueda verlas y tengan que preguntar.
Están mal.
-esta es del mes pasado- dicen tratando de usar su tono más humilde.
-esta es la primera que gané- dicen omitiendo informar que esa se la entregaban a todos, incluyendo al que llegaba último y al inspector de tránsito.
Dos días después de la carrera ya están tempranito saltando charcos, subiendo cordones, braceando rítmicamente, saludando ciclistas, golpeando las palmas de las manos de los colegas que se cruzan.
Dicen que pocas personas por estos tiempos son capaces de estar solos -consigo mismo- una hora por día.
Dicen que los pescadores, los nadadores y algunos más.
Dicen que la gente no se banca tanto silencio.
Dicen que ellos lo disfrutan.
Dicen que proyectan y hacen balances, que se arrepienten y se congratulan, se cuestionan, preparan sus días mientras corren y conversan sin miedos con ellos mismos.
Dicen que el resto busca excusas para estar siempre acompañado.
Están mal de la cabeza.
Yo los he visto.
Algunos solo caminan… pero un día… cuando nadie los mira, se animan y trotan un poquito.
En unos meses empezarán a transformarse y quedarán tan locos como ellos.
Estiran, se miran, giran, respiran, suspiran y se tiran.
Pican, frenan y vuelven a picar.
Me parece que quieren ganarle a la muerte.
Ellos dicen que quieren ganarle a la vida.
Están completamente locos.

Marciano durán
marzo 2008

lunes, 15 de febrero de 2010

Maratón de Sevilla 2010

Que decir…!!!...Llegué…!!! Mi segunda Maratón en 15 días y la cuarta en 22 meses.

Me pude tomar este lunes sin trabajar y mañana festivo para recuperar porque sabia que iba a estar así…¿cómo?...me duelen las dos piernas desde los glúteos hasta los pies, de los dos lados (isquios, cuadriceps, glúteos, rodillas, tobillos). Me duelen los dedos y la parte de arriba de un pie (no me acuerdo como se llama), lo tengo negro e hinchado por los pu..os cordones muy apretados. Me duele una parte de la espalda y….nada más!

Mi cabeza esta volando, todavía. Intento recordar las sensaciones que tuve antes de comenzar a entrenar mi primera Maratón y cuales fueron los motivos para hacerlo, y compararlos con los que me quedaron al terminar esta cuarta Maratón.

Tenía muchas dudas de a que ritmo salir. El sábado anterior había decidido salir a 4:30/4:35. Intentar terminar en 3h 13min, pero me daban vueltas por la cabeza muchas cosas y mi cuerpo me pedía otro ritmo. Este sábado decidí “Matar o Morir”. ¿Qué me impedía salir al mismo ritmo que en Badajoz? ¿Quién me decía que no podría igualar la marca, o incluso mejorarla? No me gusta decir cuando todo pasa: -“¿y si lo hubiera hecho de otra manera…?”. Así que con dos “cojo…es” salí debajo de 4:20 por kilómetro. Quería probarme. ¿Nunca intentaron poner el coche a todo lo que dá para saber cuanto dá?...bueno…yo hice lo mismo. Quería conocer las sensaciones que me esperarían al ir un poco más rápido de lo que mis sensaciones decían.

He aquí la crónica:

Viajamos el sábado con Patri y Cati. Fuimos a buscar el dorsal y paseamos un poco por la feria del corredor, después centro comercial, Decathlon y temprano al hotel para dormir.

A las 5:50hs nos despertamos, desayunamos y todo listo para salir a las 8hs hacia el estadio…¡¡¡Un friooooo!!!...el coche marcaba 2º…pero no llovía…¡¡¡menos mal!!! Entré a la zona de calentamiento. Cola para dejar la ropa en el guardarropa, cola para hacer un pis y cola para acceder a la pista donde se largaba. Preocupado por no quedar muy atrás en la salida; sabía que correrían como 4000 atletas.Y así fue. Largaron 4126 corredores. Llegué sin problemas muy cerca de la línea…8:56hs…¡cagando!...9:03 largamos!!!

Pude encontrar el ritmo desde el comienzo. No estorbó nadie. Hasta el kilómetro 5 no ví ninguna marca. Había mucha gente. Alrededor de 4:20 min/km…bien!

Por esta parte del recorrido veíamos a los primeros que venían volando. Un pelotón de cómo 10 africanos y un Español, Pablo Villalobos (que salió segundo con marca para el Europeo). Lo estaba pasando genial. Cruzamos un puente y la gente animando, girábamos en una rotonda y la gente animando…durante todo el recorrido había mucha gente y animando de corazón. No sentía que molestábamos como me pasa cada vez que corro en Badajoz.

Los relojes de la calle marcaban 4º pero no había casi nada de viento y eso ayudaba mucho para no congelarnos.

Realmente no me acuerdo mucho del recorrido. Cuando corres medio jugado vas preocupado por no correr a tirones y encontrar un buen ritmo que de ver el paisaje. Me acuerdo que doblamos hacia una avenida y de fondo veía La Giralda. Después, de lo único que me acuerdo es de los pequeños desniveles y de intentar subirlos sin hacer mucha fuerza.

Desde la salida estuve buscando a alguien que corra al mismo ritmo que yo, y no era capaz de encontrar a nadie. Sabía que después del 35K la iba a pasar mal. Lo intenté primero con un par de chicos que iban juntos, que les escuché decir que mantendrían 4:20. El primer kilómetro con ellos fue a 4:09, y el segundo a 4:28. Opté por dejarlos. Paso la Media Maratón en 1h31min. Iba al ritmo que quería. No me pregunten porqué pero decidí buscar 3h02min. Manteniendo ese ritmo lo conseguiría. A los pocos kilómetros encontré a otros dos que iban a ese mismo ritmo. Por lo que me dí cuenta, uno tiraba al otro. Uno de ellos se quejaba del frío, y el otro movía los brazos en círculos para calentarlos, hacia skiping y talones al glúteo…a 4:15 que veníamos. Para mi pensaba: “Ni Martín Fiz hace eso a este ritmo y por el kilómetro 24”. Era medio fantasma, me estaba rompiendo las bolas. Veo, como a 20 metros, a un flaco y alto que inmediatamente bauticé como Richard, ya que me hacia acordar a un atleta de mi ciudad. Parecía saber lo que hacía. Lo alcanzo por el kilómetro 26 y me quedo con él. Clavaba casi todos los kilómetros. Se le veía bien, suelto, su respiración relajada, así que decido pegarme a él y no dejarlo ni con agua fría.

Ya empiezo a notar las piernas duras. Desde el kilómetro 7 la rodilla me empezó a doler, poco, pero es el mismo dolor que tuve después de la Ultra o después de la Maratón de Badajoz. Estaba preocupado. Por el kilómetro 11 o 12 empiezo a sentir un dolor punzante en el pie derecho. Me había pasado lo mismo en el otro pie hace varios meses por los cordones muy ajustados…¡¡¡ni en pedo paro para aflojarlos!!!

Así que con las piernas duras, dolor en la rodilla y en el pie, con la incertidumbre de ir rápido y mis sensaciones diciendo que iba rápido, decido seguir así. Decido seguir a Richard hasta el kilómetro 35 como fuese, después vería como terminaba la carrera.

En el kilómetro 29 venía medio jugado y casi caigo en la tentación de aflojar el ritmo, pero nooo…!!!...la decisión estaba tomada…hasta el 35K como sea.

Mientras intentaba no descolgarme pensaba justo en este momento; yo escribiendo esta crónica, sentado en mi sillón calentito y olvidándome de los dolores y el frío. Pero lo estaba pasando mal.

Pasan los kilómetros…y llegamos al 34K. No podía seguirlo más. 500 metros y se empieza a ir. Sentía ácido láctico hasta en los glúteos…y acá empezó mi calvario personal. Mi ritmo iba bajando angustiosamente y mi cuerpo cada vez peor. Empecé a sentir hambre. No puedo explicarles lo mal que lo estaba pasando, luchando conmigo mismo para no caminar. Estábamos en los alrededores del estadio…y mi ritmo era cada vez más lento. Kilómetro 40 y veo el avituallamiento. Casi me tiro contra las mesas cuando vi los trozos de naranja. Agarré un puñado y un vaso de Gatorade a la carrera. Es muy difícil respirar con un pedazo de naranja en la boca como un protector bucal. Me sirvió para distraerme unos metros.

Pasamos el 41K y todos nos alentaban diciéndonos que ya estaba hecho, que no quedaba nada, y para mi pensaba: -“veni a correr vos estos 41K a ver si este ultimo kilómetro es tan fácil como decis”. La cabeza razona raro cuando sufre. Sabía que el kilómetro 42 estaba dentro del estadio. 500 metros y doblamos. Veo la entrada y la pista. Pensaba que me iba a emocionar. Nada, estaba tan muerto que quería llegar para comer.

Damos la media vuelta a la pista y llego. 3:10:29. Me sorprendió lo mal que tenia las piernas, me costaba mucho caminar. Mientras intentaba no caerme uno de la organización me apuraba para que caminara más rápido. Lo debo de haber mirado de alguna manera rara entre las gafas porque inmediatamente otro me ayudó del brazo hasta un banco. Veo una mesa con naranjas y me tiro de cabeza. Con las dos manos llena de trozos y otro en la boca viene una voluntaria y pregunta si me quita el chip de la zapa. Con el protector bucal en los dientes le digo que mmssii. Miro la zapa y la muy guarra no me volvió a atar los cordones ¿Qué quería, que me caiga? Cuando estas sufriendo la cabeza razona distinto.

Mientras entraba al estadio para buscar mi ropa le pregunto a otro voluntario si había comida dentro. –“Si, claro”, me responde con un tono medio irónico.

Nos dan una bolsa con cosas para comer y tomar. Una latita de Gatorade, un Huesitos, un Donnuts, una manzana y una cajita de jugo. Me bebí y comí todo eso mientras hacía la cola para recoger mi ropa. Cuando me la dan agarré la banana que tenia y me la comí en tres bocados. Ya se me estaba yendo un poco el hambre.

Que frío!!!...Me visto, estiro un poco y salgo en busca de las chicas que me esperaban en el coche. Bastante difícil caminar hasta el coche que estaba estacionado como a 800m.

Duchita en el hotel, Mc Donalds y a Badajoz.

Buen comienzo del año!!!....primer objetivo cumplido. Ahora a recuperarme y pensar en la próxima.

lunes, 1 de febrero de 2010

Maratón de Badajoz 2010

3:06:36…que más puedo decir!...14 minutos menos que la del año anterior…14 MINUTOS!!! Cuando haces los cálculos sobre papel todo se ve diferente. Esos cálculos decían que podía correr en 3h 08 o 10min. Pero la marca que conseguí es algo que solo me imaginé en mis mejores sueños. Se lo atribuyo a la planificación y a un gran cambio de mentalidad por mi parte.

Durante la semana antes de la Maratón no tuve buenos días. Me sentía muy bien pero la garganta me avisó con unas de esas molestias que siempre me dan fiebre. Estuve dos días intentando que no vaya a más pero me sentía muy enojado pensando en el año pasado que unas semanas antes de esta misma Maratón estuve varios días con casi 40º de fiebre la que hizo que mi entrenamiento sea malísimo. También, en los 100K, que la gastroenteritis hizo que me quede fuera de la carrera. Por suerte no fue a más y el viernes estaba listo y decidido.
El domingo amaneció un día espectacular. Algunos decían que era la edición con la que mejor día se había largado. Pensaba que eso lo tenía que aprovechar.

En la línea de salida me encuentro con un conocido de mucha experiencia que me dijo que saldría a 4:15 el kilómetro. Mi ritmo iba a ser de 4:30 min/km.

Largamos y yo corría detrás de su grupo muy suelto y pensando que iban lento, para mi sorpresa que al pasar el kilómetro 1 clavó los 4:15. Con un poco de susto aminoré para empezar a correr a menos de 4:30min/km, cosa que me hacía dudar.

Realmente me sentía muy bien. Con Patri acompañándome tenía buenas sensaciones. Los primeros 10K los pasé 1min 15seg más rápido de lo que había programado pero seguí así. La anécdota me la dio la moto de la organización que amenazaron varias veces con descalificarme porque Patri me seguía a menos de 10 metros. Fueron dos kilómetros de discusión; el kilómetro 15 a 4min y el 16 a 4:09. Sabía que ese ritmo me pasaría factura más adelante.

Pasé la Media Maratón en 1hora31min, hasta hace algunas semanas mi antigua marca, y bastante suelto. No dudaba en ningún momento de lo que estaba haciendo pero, sinceramente, venía rápido y un poquito asustado.

Empezaba la peor parte ya que el recorrido es muy denso. Hasta el kilómetro 30 es un ida y vuelta por el mismo camino. Pasé los 30 kilómetros cuatro minutos más rápido. La cosa prometía pero faltaba mucho. Las piernas empezaron a avisarme pero podía mantener el ritmo. Del kilómetro 32 al 35 es una ronda donde también se hace bastante monótono. Del 35 al 36 una subida que te “marca”. A partir de esta parte la carrera se hace más llevadera. Intenté mantener el ritmo, y así lo hice.

Estos últimos kilómetros son muy gratificantes pero a la vez muy duros, y más cuando sabes que bajas tu marca. Hay una ansiedad…!

Duro pero con muy contento llegué en mi tercera Maratón en dos años. Le agradecí a mi viejo en silencio y agarré el comprobante que te dan en la línea de llegada donde acredita tu marca y puesto.

Salvo una sobrecarga en mi tendón rotuliano mi cuerpo responde fenomenal a estos 42,195m. Ya tuve esta molestia después de los 100K que me duró un par de semanas. Espero que esta vez sea más rápida la recuperación de la rodilla y me deje largar el 14 de febrero en Sevilla.

Este 2010 empezó genial. Haré que siga asi…!

martes, 26 de enero de 2010

Solo 4 días....

...para este domingo tan esperado.
Me acabo de preparar unos mates con unas vainillas. Sé que no es lo mejor para mi dieta pero tengo hambre y es lo único que tengo para comer.
Esta semana no tengo más cabeza que solo para mi Maratón. No estoy nervioso ni ansioso, se ve que la experiencia calma. Pero lo que estoy es muy motivado y con muchas ganas de correr, de hacerle frente al “Muro” y decirle: -“Te estoy esperando, y por más duro que seas yo tengo más pel…tas para aguantarte”.
Así esta mi cabeza hoy. Me siento fuerte!
En diciembre planifiqué mi calendario de carreras de esta primera parte del año con vistas a mis queridos 100K de Cantabria en septiembre, pero no para terminarlos solamente, sino para terminarlos en menos de 9:30 horas.
Estoy convencido que este año es el que va a mostrarme muchas cosas. Estoy convencido que en el 2011 correré esa Ultra que me motivó para volver a correr hace dos años. Por eso cada carrera que planifiqué es con vistas a esa Ultra. Mi entrenamiento va a ser físico y mental.
En cada Maratón que terminé había sufrido tanto que mi cabeza no tenía ganas de volver a correr. Durante la semana siguiente, mientras perduraban los recuerdos de los dolores de los últimos kilómetros, mi mente no concebía volver a correr hasta un par de semanas después donde empezaban a aparecer las buenas sensaciones y los dolores desaparecían. Por eso, este año pienso romper con eso. Aparte de la Maratón de Badajoz estoy apuntado, 15 días después, a la Maratón de Sevilla. Si…dos Maratones en 15 días. No voy a forzar nada. A la más mínima molestia no la corro, pero SÉ que eso no va a pasar.
Este domingo es el comienzo de algo bueno.

lunes, 18 de enero de 2010

A dos semanas de mi próxima Maratón


Por fin!...a dos semanas de mi próxima Maratón. Ya me empieza a picar el estomago y comienzan a aparecer dolores y molestias por todos lados.


El sábado hice mi última tirada de 35 kilómetros. Solo, con mi botella en la cintura y un par de sobres de glucosa salí por la carretera que lleva a la ciudad de Olivenza buscando el ritmo de carrera. De ida 17,5K con viento en contra bastante molesto que me hizo estar un minuto sobre el deseado ritmo, pero la vuelta fue más rápida. Controlándome para no “gastar” de más y buscando soltura conseguí el tiempo deseado.

Como todas las Maratones, esta también es diferente. Ya no pienso en llegar, no pienso en bajar la marca, solamente pienso en el tiempo que quiero ver en el reloj de llegada. 3:08:14.

Estoy muy conforme con mi preparación, mejor de lo que esperaba. Me siento fuerte, conseguí ritmo de paso, estoy rápido y resistente, y lo que creo más importante, pude mantener mi motivación alta. Cada año aprendo; sobre entrenamiento y sobre mi.

A diferencia de otros años, el objetivo de este es “todo el año” en si, hasta el 25 de septiembre donde intentaré mis 100K nuevamente, pasaré por algunas Maratones, carreras de montaña y una Maratón Alpina.
Me siento diferente…estoy diferente, y por eso intentaré que este 2010 sea un año lleno de alegrías y victorias personales.

Pienso que en este mundo de corredores populares hay tres clases: 1_Los que corren para terminar la carrera, y salen saludando y bromeando con sus compañeros, y llegan igual de felices. 2_Los que corren para conseguir un mejor puesto y te pasan zumbando en la línea de llegada. 3_Y los que corremos para superar nuestros límites, en consecuencia entrenamiento duros y carreras cada vez más duras. Tres formas de entender y disfrutar el deporte…y tres formas de superarse día a día.

“Carreras cada vez más duras” es mi preocupación de esta Maratón. Ya conozco el tan hablado “muro” y realmente es duro. Por mi experiencia dura esos últimos 7 kilómetros que quedan desde los 35K a la meta. Tu mente divaga, intenta encontrar alivio en pensamientos tan dispares como “querer parar de correr” y al mismo tiempo “cambiar el ritmo para bajar la marca”.

Cuando pase por el kilómetro 35 me quedará una subida dura de 1 kilómetro, y a partir de allí empezará mi carrera final hasta los 42195 metros de prueba personal.

…solamente dos semanas!!!!

lunes, 21 de diciembre de 2009

Fin de una etapa de mi vida



Esta fue mi primer carrera, hallá por el año ´81. Tenía 6 años. Junto a mi amigo Marcelo Gomez…solo corrimos. Desde el Torreón del Monje bajamos hasta la Pileta Cubierta, algo así como 800 metros de simplemente....carrera!

Todavía recuerdo algo de lo que pensaba mientras corría. Marcelo era más rápido, llegó antes que yo, pero me daba igual. Al terminar, mi vieja me estaba esperando con un gran premio: un beso y algún caramelo.

Seguí corriendo toda carrera que aparecía. Primero en el cole y después me apunté a un equipo federado; el SOIP. La pista de atletismo estaba a solo 400 metros de mi casa y eso me hacia las cosas mas fáciles. Competí en algunas carreras en la primera categoría federada que se llamaba Pre-infantiles. No sé cuanto estuve corriendo con ellos, uno o dos años. Mi amigo Dani Voglino me lo dirá mejor pero dejé, seguramente, para hacer otro deporte. Podría ser natación, rugby o basket o tenis, no recuerdo bien, que junto con mis clases diarias de ingles me absorbía toda la tarde.

A los 14 años estaba corriendo triatlones y empiezo a entrenar con “el novio de una compañera de mi hermana”…je, como suena de largo….corrí el ultimo ese año para quedarme entrenando solamente atletismo. No recuerdo si corrí alguna carrera en Infantiles pero enseguida empecé a correr en la categoría Menor. Corríamos todo: vallas, 100m, salto en largo, 400m, cross, 300m c/ vallas, carreras de calle, heptatlón, etc, etc, etc…pero la reina era nuestra 4x100m…imbatibles! (y que alguien diga lo contrario…ja!). Llega la categoría Juveniles. Vallas más altas…de 300m pasamos a correr 400m c/vallas, gente más grande…nuestra 4x100 seguía imbatible…para que a los 21 años pasar a la categoría Mayor. Creo que competí hasta el año 98…y nuestra 4x100 terminó imbatible. Nace Cati, me caso con Patri y ya no volví a ponerme los clavos.

En el año 2006 vuelvo a trotar, ya por las calles de Badajoz, con 31 años. Vuelvo a competir en la categoría Mayor pero esta vez en una Media Maratón.

Ayer corrí mi última carrera en esta categoría y también en una Media Maratón.

La carrera se hizo a 200 km de Badajoz. Me levante a las 7:45 para desayunar y disfrutar de ese momento tan especial para mí. Quería correr una última vez antes de entrar en la categoría Veteranos.

Me sentía feliz por todo lo recorrido, por todo lo vivido y aprendido en estos años. Recordaba los momentos, las sensaciones, las cosas buenas que pasé y las malas que sufrí. La gente que conocí, los amigos que forjé, algunos quedaron en ese tiempo de luchas internas y con otros seguimos compartiendo experiencias.

Las dos horas de viaje solitario fueron geniales. Afuera un frío que cortaba la piel pero el cielo totalmente despejado y el amanecer de Extremadura que cada día me encanta más.

Llego y preparo las cosas para llevarme ya que la Media largaba de un pueblo cercano, llamado Valdehuncar, para llegar en Navalmoral de la Mata. Gorro, guantes, calzas largas, camiseta térmica de mangas largas y la musculosa con el número de la carrera arriba, más todo el abrigo para subirme al autobús que nos llevaba a la línea de salida y estar esperando media hora antes de calentar. Entro en calor pensando si había decidido bien la ropa de carrera porque me parecía demasiada. Inmediatamente me dí cuenta que no. No sé a que temperatura estábamos casi a las 11 de la mañana…¿a que temperatura se congelan los charcos de agua?...bueno, a esa temperatura estábamos!

A punto de largar, como siempre me pongo en la mitad del pelotón para no estorbar a nadie que quiera ir más rápido y, a las 11 en punto salimos. El primer kilómetro, como siempre me pasa, enojado conmigo mismo por no situarme más adelante en la salida para no tener que esquivar a tanto gordo, viejo y mujeres (con todos mis respetos) que salen al trotecito.


Ese primer kilómetro fue lento por este motivo, pero estaba decidido a seguir los sabios consejos de mi antiguo entrenador, Dani Diaz,…salí a “Matar o morir”…y maté!!!
 
Mi táctica era simple: salir todo los fuerte que pudiera correr hasta el kilómetro 12. Sabía que hasta el kilómetro 7 iba a ser todo subida. Después seguiría un poco rompe piernas, de muchas subidas y bajadas cortitas hasta terminar con una rampa de 900 metros en kilómetro 12. A partir de ahí la ruta era para abajo. Mi marca de Media Maratón era de 1h 31min desde el año 2008 en Lisboa. Una carrera llana y con una media de 24º de temperatura.

Mi reloj me decía que venia muy rápido, mis sensaciones me decían que venía muy rápido. Ahogado desde el segundo kilómetro. Por el kilómetro 4 me junto con otro corredor. Charlamos un poco y me pregunta que marca tenia. Se la digo pero también le conté mi táctica de carrera. No dijo más nada. Me vino un dolor en el costado derecho de mi abdomen que no me dejaba respirar bien. Adopté una técnica de respiración para relajar el diafragma porque sabía que la cosa venía por ahí. Mejoré y pasé el kilómetro 5 y 6 bastante bien. Llegamos al 7 y mis piernas iban bien pero mis pulsaciones “por el aire”. Venía subiendo a ritmo de 4´ el kilómetro…no lo podía creer!!! Mi carrera sería hasta el kilómetro 12, después no sabía que iba a pasar. Confiaba en mi y mi entrenamiento.

Pasaron los kilómetros y entramos a un pueblo. Ya iba solo porque mi compañero se retrasó ¿se abrá asustado de mi táctica?. Veo el kilómetro 11 y sabia que al salir de ese pueblo empezaba la última escalada dura. Salimos y a la izquierda veo la “rampita”. Empezaba con una subida de 20 metros pero de 50º de inclinación (mas o menos..jeje!!) para agarrar la ruta hacia arriba. No se veía la cima.

Delante tenía a un pelado que venía empujando como un Medio Fondista. No pude agarrarlo en toda la subida. Llegamos a la cima y me sentía muy bien. Un poco duro pero ese kilómetro me dio 4:10. No había perdido casi nada de tiempo! Empecé a sacar cuentas ya que pasé los 10K en 41 minutos. Si mantenía el ritmo haría 1:26min. Pero quiero contarles que yo nunca corrí tan fuerte durante tanto tiempo. Mi marca de 10K es de 39:30 desde el año pasado. Pero realmente confiaba en mi.

Ahora todo lo que quedaba era en bajada…y 10 kilómetros por delante!!!

Empezamos a bajar y hay un viento de cara helado que no hizo tan fácil la bajado como esperaba. Intento agarrar al pelado y lo consigo después de un kilómetro, y comenzamos a tirar juntos. Las piernas las sentía duras y me empiezan a tirar un poco los isquios. No le dí mucha importancia.

Ya vemos a Navalmoral a lo lejos. Pasaban los kilómetros y los parciales eran muy buenos. Sinceramente, venia un poquito asustado. Nunca había corrido tan rápido durante tanto tiempo.

Entramos a la ciudad y vemos el kilómetro 17 que pasaba a lado de la llegada. Seguimos tirando juntos. El pelado me daba ánimos. La carrera seguía todo derecho cruzando la peatonal y volvía por el mismo lugar. Veo el kilómetro 18 y el del puesto de avituallamiento nos dice: “¿un poco de agua para la última subida?”. Uff! No estaba preparado para eso. Empezamos a subir ese falso llano y todavía no entendía como me seguían respondiendo las piernas, eso si, mis pulsaciones “a mil”.

Kilómetro 19 y todavía seguíamos corriendo en dirección contraria a la meta. Me sale un grito del corazón: “¿Cuándo mierda damos la vuelta”. El pelado no me respondió. Quería que acabe ese sufrimiento. A los 100 metros veo que sale un corredor de una calle. Dábamos una pequeña vuelta manzana para recorrer el mismo camino de vuelta.

Ahogado y duro sentía que bajaba la marca; una marca que no vine a buscar, solo vine a correr mi última carrera de Mayor igual que cuando empecé en el año ´81. Solo correr.

El kilómetro 20 no llegaba nunca. Es mas, nunca llegó porque faltaba el cartel. Sabía que bajaba la 1:30. Sabía que podía hacer 1:28. No lo tenía muy claro porque desde el kilómetro 15 dejé de mirar los parciales. Enseguida veo la gente, el arco de llegada y el cartel de 21 kilómetros.

Le agradecí al pelado y llegamos; paro mi reloj; mi última carrera en la categoría Mayor. Miro mi reloj: 1:26:14

La felicidad me invadió. Estaba ansioso en llamar a Patri y contarle.

Sumado a otras cosas que me estan pasando me siento feliz. Y también soy feliz por sentirme asi.

Todo final es un nuevo comienzo…y disfruto de ambos.

La felicidad absoluta no existirá pero esto se le parece mucho.