“Hombre cobarde no coge mujer bonita”. Pepe Kierdelewicz

viernes, 20 de abril de 2012

24hs Badajoz-Mérida/Millas Romanas


Hace seis días que terminé mis segundas 24hs en una travesía algo diferente y hoy terminé mi tercer entrenamiento semanal con 20 lomas de 200 metros. Increible!

La cosa fue así:

Largué desde Badajoz a las 14:30 con mucho viento y posibles lluvias. Por suerte todo eso iba a ser a favor porque sopló mucho y muy fuerte y llovió bastante.

El camino en solitario hasta Mérida la hice por rutas secundarias que nunca había pasado y el ir encontrando el camino se hacia divertido. Tenía que calcular donde comprar agua, y como los pueblos eran chicos, no todos tenían estaciones de servicio.

El viaje se hizo tranquilo y bastante rápido. Mis sensaciones eran muy buenas pero era conciente tooodooo lo que faltaba.

A falta de unos 10 kilómetros agarraría el camino de la prueba a la que me iba a unir; las LXVII Millas Romanas o 100 kilómetros pero en contra, me cruzaría con los participantes de frente.

Y así fue. Me crucé con los 400 participantes por un caminito de tierra de frente y mirándome raro sin saber porqué hasta que me empezaron a preguntar si yo era el primero. Jaja!!! No, les respondía…soy el último.

Me acababa de sacar la gorra..jaja!!!
Estaba buscando a unos amigos que hacían la prueba pero no podía distinguir a nadie. Decí que son muy altos y que tienen mejor vista que yo porque ellos me encontraron. Linda alegría y subidón para terminar mi primera parte.

Llego al polideportivo con 7h 15min. donde me estaba esperando Patri. Me dan el número de la prueba (no me duraría mucho), como algo, me pongo las calzas largas y salgo en busca de la prueba…y a empezar la noche.

Vuelvo al camino que me trajo, ya con el frontal encendido, y vuelvo a cruzarme con los participantes. Me empezaron a alentar y, no sé como, muchos sabían que venia desde Badajoz. Lindo subidón me daba, venía contento hasta que me para uno de los jueces de la prueba y me dice que estoy descalificado por no llegar a tiempo al primer avituallamiento.

De todas maneras, y obviamente, seguí adelante. Una horita y media y ya empecé a agarrar a los últimos. En ese momento me cruzo con otros dos jueces que me quitan la hoja de ruta la cual teníamos que ir sellando en los controles y el número de participante. Por suerte me dejaron utilizar los avituallamientos.

Kilómetro 95
No tengo ni idea a que hora terminé mi segunda parte. Iba alrededor de 95 kilómetros y ya la cosa se empezaba a notar. La riñonera me estaba matando la cadera pero me quedaba solo una parte de 28 kilómetros para revolearla al carajo y seguir más livianito con Patri acompañándome en bici.

Creo que paré unos 10 minutos con caldito calentito incluido. La noche una mierda; lluvia, viento y poca visibilidad. Salgo tranqui charlando por el manos libres con Patri pero tuvimos que dejarlo rápido porque el viento no dejaba ni que me escuche ni escucharla, así que me empecé a internar en la noche del campo con algo de lluvia donde estaban por aparecer algunas subiditas que para ese momento eran rampas del Tour de France. Rodeamos un barrio que esta al lado de un lago bastante iluminado donde no usamos el frontal. Que alegría para los ojos!

Saliendo del barrio empezamos a subir un poco más así que ya caminaba hasta llegar arriba de cada loma pero empezó a llover mucho y hacia que me cagara de frío. Esta parte molestó bastante ya que no podía correr para calentarme y con todo el viento y la lluvia de frente me bajaba mucho la temperatura pero sabía que una vez empezar a bajar iba directo al polideportivo a encontrarme con Patri y empezar mi última vuelta de unos 45 kilómetros.

Y así fue. Empezaba a clarear y llegue al poli para comer algo, un cafecito con cambio de medias incluido. Tenía los pies blancos y blandos por el agua. Me rozaba un poquito un dedo chiquito así que me pongo un Compeed (cachoeinviento) y sin pensarlo mucho salimos a buscar la última vuelta.

Saliendo de Mérida - Kilómetro 120
Que lindo! Después de 17 horas solo y sin hablar con nadie puedo empezar a compartir las sensaciones. Saliendo de la ciudad me empezó a agarrar un bajoncito anímico, así que sin pensarlo le metí comida pa´l cuerpo y en un rato la cosa mejoró, pero de todas maneras ya no me entraba mucho. Sentía como que el estomago dejaba de aceptar calorías e inclusive a rechazarlas; algo de nauseas empezaron a aparecer. Decidí, a partir de ahí, comer y beber solo cuando el cuerpo lo pidiera.

Todo, a partir de acá, lo empecé a llevar solo lo que el cuerpo me dejara. Dejé de forzar el correr, el comer o el beber. Extrañamente me sentía más cómodo corriendo que caminando aunque el ritmo de mi carrera sea el mismo que llevaría caminando pero esta vez no me importaba, sabía que estaba sumando kilómetros.

Al principio de este último recorrido empezó a llover bastante fuerte así que tuvimos que taparnos bien. Patri con su aguante y su buena charla hacia que los kilómetros pasen más rápido. El viento seguía soplando y creo que cada vez más fuerte…o eso me parecía.

Nos empezaban a agarrar otros participantes porque ya mi ritmo era de pena…pero mi ánimo era buenisimo. Pasaban las horas y lo kilómetros no tan rápido como quisiera pero iba avanzando y eso era genial. En cada puesto de control tenia que dar la repetida explicación de mi falta de hoja de ruta y número, aunque ya estaban avisados, hasta que por fin encaramos al último pueblo llamado Trujillanos.

Trujillanos queda a poco más de 9 kilómetros del final y ya para ese entonces sabíamos que mis 24 horas terminarían ahí. Pero con las ganas de seguir hasta Mérida, le calculé que tardaría un poco menos de 2 horas, osea que mis originales 24 horas serían casi 26.

A falta de 3 kilómetros para llegar al pueblo empezamos unas continuas subidas y bajadas donde la gente me pasaba caminando…y yo iba corriendo! En ese preciso momento decidí terminar mi camino en Trujillanos.

Y así fue. Cuando llegamos al puesto de control y Patri me dio mi besito de felicitación me senté en una silla…ahhhh!!!!....mes saqué las zapas y las medias…ahhhh!!!!!...y una mujer muy macanuda me trajo un sándwich y una naranja pelada.

Así terminé la mejor Ultra maratón de mi vida (hasta hoy).



Ahora quedaba el interrogante de cómo llegaríamos a Mérida. Patri me propuso que ella trotaría esos 9 kilómetros mientras yo los hacía en la bici. Al principio me negué, como es habitual en mi, pero lo pensé mejor y acepté. Me puse la ropa de abrigo que Patri se sacó, me subí a la bici tipo “La momia de Caradagian” y salimos. A los pocos kilómetros empecé a tener un poco de sueño hasta que unos minutos más tarde me dormía pedaleando. Así, tal cual. Le tuve que pedir a Patri parar y cerrar los ojos. Calculo que la subida de azúcar de la naranja tuvo algo que ver. Seguí pedaleando de todas maneras y los efectos fueron mejorando.

Llegamos a Mérida, pasamos por el centro y por la llegada de la prueba de casualidad y nos dirigimos a buscar la ropa al polideportivo.

No hubo felicitaciones ni aplausos, ni foto de llegada oficial ni camiseta de finisher, ni otro atleta que haya corrido 24 horas pero la sensación de bienestar y superación personal fue y es enorme. Cada día me separo más de necesitar lo convencional. No digo que no me guste, digo que creo que le voy quitando valor a lo pre-definido como normal y dándole más valor a los cambios internos que las Ultras me están aportando.

Cada día me siento mejor conmigo mismo y hace que sea mejor con el resto del mundo. Así que no será tan malo….digo, no?

miércoles, 11 de abril de 2012

A pocos días de 24 horas


Solo a pocos días de intentar algo que una vez creí no poder hacerlo.

El viernes a las 3 de la tarde salgo desde Badajoz, solo, hasta la Plaza España de la ciudad de Mérida que esta a 62 kilómetros para unirme a la salida de las 67 Millas Romanas (100 km). Intentaré completar unos 162 kilómetros en mis segundas 24hs de carrera.

Uff….tengo tanto en la cabeza ahora mismo que me podría pasar escribiendo mucho tiempo, pero resumiendo: conozco esta prueba porque la hice dos veces, conozco el sufrimiento de 24hs en pista constantemente acompañado, pero juntar las dos experiencias en una hace que me haga muchas preguntas.

Serán 24hs, la mayor parte del tiempo solo por el campo y durante toda la noche. Por la mañana Patri me seguirá en bici los últimos 45km.

¿Cómo saldrá? ¿Tendré el coraje para enfrentarme a todo lo que vendrá? En las 24hs de pista, si me cansaba paraba y me sentaba junto con todo el mundo. Acá no, si me canso me tengo que tirar en el medio del campo y esperar a que me vengan a buscar.

Estoy muy bien preparado (aunque siempre me quedan dudas de si podría haber hecho más), estoy muy confiado…y tengo más experiencia que la última vez. El sábado me responderé todas las dudas.

Tirenme buenas ondas!!!!