Empiezo escribiendo esto con la idea de leerlo en un futuro
y hacer de ese momento un poco más llevadero.
En el deporte, como en la vida, siempre hay altibajos,
momentos donde parece que nada puede tirarte y otro donde sentís que tenés una
tonelada en la cabeza. Esta semana que pasó fue de esas.
Venía de un mes de descarga y recuperación donde no sentí
tanto el descanso en mis piernas como en mi mente. La semana pasada empezamos a
subir el entrenamiento de nuevo para la Subida al Pico Veleta; 50km solo para arriba.
Viendo Málaga |
Después de casi 20 kilómetros de ir hacia arriba, la bajada
no fue tan buena como esperaba. Intenté soltarme y disfrutarla pero los
cuadriceps me golpeaban y los dedos de los pies me chocaban contra la punta de
las zapatillas. Sin contar que como siempre…cancheritoaminomepasanada!!!...estrené zapas.
Después de llevar 1 hora bajando empecé a sentir los dedos
gordos de los pies calentitos, y media hora después un dolor horrible.
El
entrenamiento genial. Casi 40 kilómetros con un desnivel acumulado de +1688m de
altura, a 5:57 min/km. Consecuencia: debajo de las dos uñas con ampollas.
Hasta acá bien se podría decir, pero lo que más me jodió es
que el lunes tuve que salir a entrenar…y el martes…y el miércoles…y el jueves…y
el domingo toca un nuevo entrenamiento de 5 horas por lomas que voy a hacer
de nuevo por la misma ruta, osea tendré que subir unos veintipico de kilómetros
y después bajarlos.
Curando |
Este entrenamiento del domingo no solo me mató los pies sino
también me dejó muy agotado para el resto de la semana. En todos los
entrenamientos me sentí sin fuerzas, con dolores musculares, pero lo que más me
jode es el dolor de pies. Tengo los dedos infectados y cada paso, cada golpe
contra el suelo me duele un montón.
Todo eso hace que mi ánimo este por el suelo y este de mala
leche todo el día. Cuando estas de buen humor los dolores o el cansancio casi
que no importan, pero con tan poco ánimo se multiplican.
Esto lo escribí el miércoles pasado donde estaba con un bajón terrible.
Ahora la cosa cambió.
Llegué al domingo con un poco de dolor pero no quería
perderme ese entrenamiento que tenia planificado solo por un poco de dolor, así
que salí a eso de las 8 de la mañana en busca de las 5 horas por esa ruta mata
dedos.
Estaban mis suegros de visita así que les pedí que me vayan
a buscar arriba pasadas las 3 horas para no bajar y matarme los dedos de nuevo,
para que me dejen en la costa y hacer las dos horas restantes en llano.
Subí más rápido que la semana anterior. Primero, porque ya
conocía la ruta y segundo, porque iba a descansar un rato en el coche mientras
me bajaban al llano. Me sentía muy fuerte.
Bue…para acortar!…la cuestión es que dí la vuelta a las 2
horas 30 minutos porque me quedé sin montaña, y en las bajadas que iban
apareciendo me sentía muy bien, así que les dije que vayan para casa y bajé
otra vez por la misma ruta, pero esta vez como un adulto responsable; despacito
y controlando cada pisada…y no como la semana pasada que bajé como un
adolescente alocado, tirándome como si no importara nada, y cuanto más
pendiente tenía el descenso más de cabeza me tiraba.
Al final, un entrenamiento excepcional: 50 kilómetros, con
+2246m de desnivel acumulados, a un ritmo de 6:07 min/km.
Hoy ya tengo las uñas curadas. En poco tiempo pierdo las dos
pero que más dá; crecen de nuevo.
….y de eso se trata.
jaja...hace rato que mis uñas de los dedos gordos estan que crecen un poco y despues de vulvean a caer...ya casi ni me molesta la sensacion y no me duelen. Pero claro, yo no subo ni bajo montañas. me alegro por tu vuelta a los entrenamientos...¡¡¡y con todo!!! insisto...muy locos los ultramaratonistas...¡muy buena la entrada! un abrazo y suerte con las bajadas...
ResponderEliminarGracias Raul!!!!! La semana que viene queda otra, y mas larga asi que espero aguanten un cachito mas las uñas....despues que se salgan!!!!! jaja!!!! Un abrazo!!!!!!
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