¿Por qué Corro?
Esta pregunta me la empecé a hacer en mi primer entrenamiento de 60km, en los cuales los últimos 10km fueron increíblemente sufridos. Cruzando el puente Real de Badajoz, hace poco más de un año, me hice esa pregunta.
¿Por qué corro?... ¿para qué corro?
Lo leí en muchos sitios, en algunos libros y en varias revistas, y ninguno coincidía. Así que creo que es el momento de buscar mi respuesta.
Pienso que la carrera es el premio por todos esos días de entrenamiento, muchas veces más sacrificio que gusto y a partir de acá podría empezara responder.
No cobro por entrenar y menos por correr. No gano premios, no salgo en las noticias. Dejo muchas horas de descanso y de sueño para poder entrenar pero nunca es suficiente. Gasto mucho dinero en ropa, accesorios y zapatillas (cada 3 meses unas nuevas), inscripciones y viajes. Pero creo, esto es una pequeña inversión para todo lo que saco de mis horas de carrera.
Es muy fácil pasarse un poco de copas y volver a tu casa borracho en algún día de bajón. Es muy fácil buscar un distribuidor y comprar droga para sentirte mejor o simplemente juntar un grupo de amigos/conocidos y divertirte durante una noche para evadirte de los problemas…¿y cuando te despertás al día siguiente?. Pero pocos son capaces de sacrificarse realmente; levantarse a las 7 de la mañana (o incluso antes) por buscar un sueño o simplemente para evitar todo lo anterior, y después ir a trabajar.
Cada vez que corro siento que todo esta en orden. La ropa que uso siento que es la que mejor me queda y con la que mejor me siento. Tengo que mirar dos veces el reloj de agujas para ver la hora pero con muchos kilómetros en las piernas y a 160 pulsaciones veo en mi reloj digital de números chiquitos, de un solo vistazo, el tiempo total de carrera, el LAP de ese kilómetro que acabo de pasar y mis pulsaciones decidiendo al mismo tiempo que hacer de acá en adelante.
Al correr no me siento mejor que nadie pero tampoco peor. No corro para ganar, no corro para tener una figura esbelta ni para adelgazar, no corro por la aceptación ni corro para los demás.
No escucho música cuando corro por el campo porque no me deja escuchar mis pasos en el camino ni el viento en los pastos. Escucho música cuando corro por la carretera para evadirme de las ruidosas maquinas.
Cuando no corro mi cabeza es diferente, mi cuerpo se siente diferente; le falta algo. Cuando corro siento que voy a algún sitio, que mi vida tiene un sentido y que hay orden.
Corro para que mi hija vea que se puede conseguir todo lo que sueñas; con esfuerzo y perseverancia se puede llegar aunque la meta parezca muy lejos.
Corro para ser mejor persona. Alguien que pelea por un sueño desarrolla ciertas capacidades, ve la vida con otros ojos; algo que se puede explicar a quien se queda en casa mirando la tele pero nunca lo entenderá.
Después de un entrenamiento largo mi cuerpo y mi mente están agotados pero veo con claridad.
Después de una marcha de 100 kilómetros alguien nos preguntó: -“¿…y para qué?”. Después de una semana cojo y con dos uñas menos me lo seguí preguntando al mismo tiempo que estaba buscando el próximo reto.
Después de una Maratón alguien que nunca lo intentó afirmó que después de varias horas corriendo las piernas irían solas. Y yo le respondí que el dolor que sentía no dejaba que me olvide de ellas, al contrario, lo difícil era moverlas.
Después de un largo día de entrenamiento y trabajo estoy pensando en la mañana siguiente para calzarme las zapas y volver al camino. No es por el mero hecho de correr sino que será un entrenamiento menos para lograr mi objetivo.
No podría salir a correr si no tuviera ese objetivo; un reto. El solo hecho de correr por correr no llena mi alma.
Mi primera Maratón me mostró que puedo lograrlo, las Millas Romanas me mostraron que puedo aguantar el dolor, y en esta preparación para mi primer Ultra Maratón conseguí demostrarme que puedo soportar un largo y duro entrenamiento en solitario.
Después de cada carrera algo diferente queda en mí, algo pasa dentro mío, y creo que ese es el motivo por el que corro. Daría igual si fuera en bicicleta o nadando, el objetivo y la enseñanza del camino hacia ese objetivo es lo que mueve mi alma.
Durante el último entrenamiento largo, en el cual me acompañó un amigo en bicicleta, se me volvió a cruzar por la cabeza esta pregunta: –“¿Por qué corro? ¿Por qué habiendo tantos deportes menos sacrificados tuve que elegir preparar una Ultra Maratón?...y se lo dije!…mi sorpresa fue que al decirlo en voz alta llegó una reflexión. Sé que soy una persona muy inquieta al que las 24 horas del día no le alcanzan para hacer todas las cosas que quiere hacer. Me aburro muy fácil de mis emprendimientos, y me cuesta mantenerlos. Dejo muchas cosas sin terminar. Cuando comienzo algo, inmediatamente estoy pensando en hacer algo superior, y eso no me deja disfrutar este nuevo camino. Pero desde que empecé mi preparación para mi objetivo, por finales del 2007, mi vida cambió, mi mente cambió. Aprendí que para llegar a un gran sueño primero debo pasar por objetivos más pequeños y tener PASIENCIA. Varias lesiones, muchas Medias Maratones, dos Maratones y una marcha de 100 kilómetros pasaron por mi en este año y medio, y aprendí a DISFRUTAR DEL CAMINO. Muchos kilómetros en solitario por caminos donde en 30 kilómetros no pasaba ningún coche y muchos kilómetros en rutas donde el ruido de los coches, al pasar zumbando cerca de mí, era muy molesto…y aprendí que LO IMPORTANTE ES LO QUE PASA DENTRO DE UNO MISMO. Disfruto planificando el entrenamiento para el próximo reto. Me es muy difícil despertarme temprano para entrenar. Disfruto sumando el domingo los kilómetros hechos durante esa semana. Sufro la incertidumbre de las dos semanas anteriores a la carrera. Disfruto el día anterior. Soy feliz cumpliendo el objetivo logrado. Sufro la semana siguiente las consecuencias de lograrlo. Esto me enseñó que en la vida TODO SE PAGA. Corrí con sol, de noche, con calor, lloviendo, cansado, con muchas ganas, con problemas personales, de madrugada, con ampollas, sin ganas, enojado, triste, con sueño…y cuando llegaba MI ALMA ESTABA TRANQUILA.
A falta de 4 días para mi primer Ultra Maratón de 100 kilómetros estoy muy conforme conmigo mismo, ya que si no hubiera encontrado este cambio personal que logré gracias al entrenamiento nunca hubiera podido estar a 4 días de mi primer Ultra Maratón.
La largada es este sábado 26 a las 7 de la mañana con un límite de 11 horas para terminarla. Voy a usarlas todas!!...no voy a tener apuro en llegar. Terminaré alrededor de las 6 de la tarde…¿en que estado?...ya les contaré.
Cuando, recién levantados, se tomen el primer mate del día acuérdense de mi. O si están en este hemisferio, después de ese buen almuerzo y del cafecito, acuérdense de mi porque estaré pasando una parte difícil de la carrera. A partir de los 70 kilómetros todo puede pasar, para bien o para mal. Hay una frase que llevo en mi mente cada vez que salgo a hacer muchos kilómetros, dicha por uno de los mejores Ultra fondistas del mundo, que es: -“Tienes que poner un pie delante del otro y seguir tirando para adelante. Las cosas mejoran…o caes fulminado contra el pavimento”. Dean Karnazes.
¿Por qué Corro? …porque VIVO!
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