“Hombre cobarde no coge mujer bonita”. Pepe Kierdelewicz

jueves, 10 de diciembre de 2009

Maratón de Badajoz

Hoy lunes con la resaca de la Maratón. Tengo las piernas para dejarlas en casa. Sufrí. Mucho frío. Se anunciaba temporal. Por suerte la primera vuelta fue sin viento ni lluvia, pero en la segunda cayó lo que no cayó en la primera. Sumado al frío y a las piernas cansadas se hizo duro.

La semana anterior a la Maratón estaba de buen ánimo pero no muy motivado. Creo que por la falta de tiempo para entrenar. También las lluvias y los días fríos me fueron quitando ganas.

La noche anterior dormí poco aunque no estaba nervioso pero sí pendiente del tiempo. Me desperté como a las 4:30 y ya no pude dormir más. Escuchaba soplar el viento y la lluvia contra un alerito de chapa del piso de abajo. A las 4:45 llega Patri de trabajar y charlando nos acostamos a las 5:30. Una horita de remoloneo en la cama para levantarme a desayunar.

A las 8:45 ya estaba en el control de dorsales con unos 7º de temperatura. Me voy al coche para prender la calefacción y empezó a llover…mucho! Para las 9:05 habia parado y salí a calentar.

Me voy a la línea de salida y veo a Patri con Cati y mi amigo Juan (con muchas ganas de largarla algún día, se le notaba. Un pajarito me contó que tampoco durmió bien esa noche). A último momento desistimos que Patri me acompañara en bici por el aviso de temporal que dieron el día anterior. Me iban a seguir en coche intentando llegar a puntos de paso que habíamos establecido.

Esta vez me pongo lo más adelante posible en la línea de salida para no ir esquivando corredores en los primeros kilómetros. Largamos y me encuentro muy suelto. Según pasan los kms mi ritmo sigue bueno. Paso los10km un pelín más rápido pero sin preocupación. Las pulsaciones 148-150 como había programado. Encontré a Patri, Cati y Juan en un par de tramos del circuito con las relucientes cámaras de fotos recién adquiridas.

Por el km 18 alcanzo un par de corredores. Me preguntan a que ritmo iba y me dijeron que ellos también seguirían así. No sé si será por la testosterona o por mi grata compañía que empezaron a ir km a km más rápido. Paso los 21kms en el tiempo que quería para hacer una muy buena marca, pero mis pulsaciones ya iban demasiado elevadas para la solo mitad de la carrera; 155ppm y contando. Por el km 23 lluvia y viento en contra. Les dejo que se vayan e intento recuperar un poco. Las piernas empiezan a hacerse notar.

Un poco más adelante veo a Patri con la bici. Había tanto quilombo de tráfico que decidieron “dividirse”. Cati se quedó con Juan en el coche y Patri en bicicleta. Me vino muy bien porque ya los ánimos no eran los mismos que en la primera vuelta.

En los próximos kilómetros era importante seguir el ritmo lo más suelto posible para hacer la marca que había ido a buscar sin agotarme mucho.

Lo que quedaba era lo más duro. Había, todavía, varias subidas que normalmente no tendría problema en hacerlas fácilmente pero con casi 30 kilómetros en las piernas se iba a hacer nunca mejor dicho “cuesta arriba”.

Vuelve a aparecer Juan (Cati se quedó en el coche porque estaría re-podrida de tanto trafico para solo ver pasar a papito), subida corta pero intensa, bajada sufrida. En este punto cambiar de grupo muscular para bajar duele un poco hasta que se acostumbra.

Kilómetro 32 y a aguantar. Quedaba la peor parte del recorrido hasta el 36 (con subida de más de un kilómetro) pero con una muy linda recompensa. Pasaríamos cerca del barrio del gimnasio y varios de nuestros clientes se acercarían para saludarme. Una inyección para los últimos kilómetros. Por el kilómetro 37 las piernas ya eran dos troncos (de quebracho) ¡Que difícil se hacia!

De nuevo Juan pero esta vez con Cati. ¡Que bien me hizo!

Pasamos por el 38 y la cabeza no reaccionaba. Kilómetro 39 y las piernas increíblemente duras. Me empiezo a dar cuenta que faltan menos de 3 kms. Intento cambiar de ritmo pero lo único que consigo es volver al ritmo de carrera. Último kilómetro, doblo y veo la meta. Desde el 35 que dejé de mirar el reloj así que no tenía ni idea a que ritmo iba. Ya veo el reloj de la meta, intento enfocar. Me llevó varios metros definir los números. A falta de 60 u 80 metros veo 3h 19min 30seg. ¡La puta que lo parió! Intento hacer un Spring pero…¡adonde vas!...me dijeron las piernas al unísono.

Pasé la línea de meta en 3h 20min 16seg. No bajé las 3h20min pero bajé mi marca más de 4 minutos en unas condiciones no muy buenas.

Hoy, lunes, no reaccioné. Me duele mucho el cuerpo para pensar en la próxima. Seguramente mientras pasen los días y los músculos sanen me olvidaré del dolor y queden las buenas sensaciones de la carrera.

Lo que hoy les puedo decir es que la Maratón no es una carrera más. Puedo compararlo con un viaje. Podes hacerlo solo pero no es lo mismo. Podes dar la vuelta al mundo solo pero sin una compañía con la que compartir, las vivencias realizadas quedarán solo en tus recuerdos…o en tu olvido.

Las fotos que hoy comparto y que serán un precioso recuerdo son gracias al esfuerzo de Patri y Juan. Si yo hice 42 kilómetros ellos hicieron 120 para llegar a los puntos de fácil acceso para verme pasar solo 20 segundos.

¡¡¡Gracias chicos por el apoyo incondicional que permiten que siga buscando estas aventuras!!!

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